Las autoridades de Malasia interceptaron un barco con unos 130 solicitantes de asilo que se dirigía a Australia o Nueva Zelanda, informó hoy el ministro australiano del Interior, Peter Dutton.
Dutton remarcó en una rueda de prensa en Camberra, que los traficantes de personas “no se han ido” al añadir que el tamaño del barco interceptado indicaría que tiene la capacidad de poder viajar hasta Nueva Zelanda.
“La gente está escuchando el mensaje de que Nueva Zelanda es una perspectiva para ellos” y “cree que es la puerta trasera para entrar en Australia”, comentó el ministro, cuya cartera se encarga de los asuntos de Inmigración y la Protección de Fronteras.
El buque cisterna fue interceptado el martes pasado frente a las costas del estado de Johor, en el sur de Malasia en un operativo en que se cree se desmanteló una mafia que operaba desde mediados de 2017 con nexos en Australia, Nueva Zelanda, Sri Lanka, Indonesia y Malasia.
El Gobierno australiano reforzó en el control de sus fronteras con la vigilancia de patrullas militarizadas ante la llegada en barco a sus costas de más de 20.000 inmigrantes irregulares en 2013, un año después de que reactivara su política de detención de los “sin papeles” en terceros países.
Australia firmó un acuerdo con Estados Unidos para al acogida de hasta 1.250 inmigrantes que tiene en las islas del Pacífico, el cual se está implementando de forma lenta, mientras que rechazó el año pasado la oferta del gobierno neozelandés de la laborista Jacinda Ardern para acoger a unos 150 solicitantes de asilo y refugiados.
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