Han pasado 53 años desde que los niños de Beaumont desaparecieron de la playa de Glenelg, Adelaida, en el día de Australia de 1966. Lamentablemente, estos niños son solo tres de las 2.000 personas desaparecidas en Australia, de las que alrededor de 150 son personas menores de edad o de 18 años.
Según explica la forense Jodie Ward, en un artículo en The Conversation, también existen más de 500 conjuntos de restos humanos que se cree estar archivados en todo el país y que aún no han sido identificados.
“Es hora de que Australia se comprometa con un laboratorio dedicado exclusivamente a los casos de personas desaparecidas. La capacidad actual en análisis forense de ADN podría permitirnos unir los restos con algunos de estos casos de personas desaparecidas y, potencialmente, dar alivio a las familias”, explica Ward.
Una nueva investigación muestra que cada año se reportan 38.000 australianos desaparecidos, de los cuales, alrededor de la mitad son jóvenes. Afortunadamente, la mayoría de esas personas desaparecidas se encuentran con vida unos días después de la denuncia. Sin embargo, un pequeño porcentaje de aquellos reportados como desaparecidos nunca han sido localizados.
Pero sin una clara evidencia de vida o muerte, es muy difícil para las familias saber qué les sucedió a sus seres queridos. El caso de los niños de Beaumont es uno de los procesos de personas desaparecidas más perdurables de Australia. Más recientemente, la desaparición de William Tyrrell ha tenido a la policía buscando sin descanso desde 2014.
Fuentes de ADN
La tecnología para secuenciar el ADN para la identificación genética es ahora más barata, más rápida y mejor que nunca. Una muestra de hueso, diente, uña, tejido o cabello puede usarse comúnmente para obtener el perfil del ADN para una persona. Para los cuerpos recuperados, la información disponible y adecuada dependerá de en qué condición estén los restos cuando se encuentren.
Las pruebas de ADN pueden ser la única forma de identificar positivamente a las personas, y según explica la especialista forense Jodie Ward, de las 500 cajas de huesos almacenadas en morgues en toda Australia, la selección de un fragmento óseo óptimo probablemente pueda arrojar un resultado de ADN en la mayoría de los casos.
A menudo las muestras de las personas desaparecidas no están disponibles para hacer una comparativa con los restos óseos archivados, por lo que los miembros de la familia de desaparecidos se pueden utilizar para la coincidencia de ADN porque comparten patrones similares y predecibles en sus perfiles de ADN.
Precedente internacional
Jodie Wrad se muestra optimista en las posibilidades que pueden ofrecer los análisis de restos óseos: “Es probable que sea existoso, al menos en algunos casos, el hacer un emparejamiento de ADN y tratar de averiguar cuántos de los 500 pares de huesos sin identificar en Australia coinciden con los 2.000 desaparecidos.”
La tecnología del ADN está siendo recomendada y utilizada a nivel mundial para identificar a un gran número de personas desaparecidas de la guerra, de genocidios, ataques terroristas o desastres masivos. El programa liderado por la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas y ADN identificó a más de 20.000 desaparecidos
Según explica Wrad, “una nueva base de datos australiana de ADN que pronto se lanzará, facilitará el intercambio y la comparación de perfiles de ADN de restos desconocidos, personas desaparecidas y sus familiares en todos los estados.”
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