Un tribunal federal australiano comienza a analizar hoy una demanda colectiva presentada por la firma legal Maurice Blackburn contra la fabricante de vehículos Volkswagen, así como sus filiales Audi y Skoda, por el llamado escándalo “Dieselgate”.
Según Maurice Blackburn unos cien mil australianos fueron afectados por la manipulación, que se conoció hace tres años, de las emisiones de gases de sus vehículos con motor diesel a través de un programa informático que instaló la empresa y que podría violar las leyes australianas.
“Los conductores quieren que el grupo VW admita que han obrado mal y buscan, como es de esperarse, ser indemnizados adecuadamente por las empresa por las pérdidas financieras que sufrieron”, dijo el director de la demanda colectiva de la firma legal, Jason Geisker.
Unos 18,000 conductores han firmado la demanda colectiva, que incluye a la Comisión Australiana de Competencia y Consumo (ACCC, siglas en inglés), aunque de ganar todos los afectados, que según Maurice Blackburn afecta a 100,000 australianos, se beneficiarían del caso a excepción de aquellos que desistan expresamente.
Hasta la fecha VW ha pagado unos 24.0000 millones de dólares estadounidenses en daños y multas en Estados Unidos y otros 2.400 millones en Canadá.
En Australia VW no ha pagado ninguna indemnización debido a que el fabricante considera que no hay ningún caso que responder en el marco de las leyes australianas porque sus coches cumplen con los estándares de emisiones.
“Los vehículos siguen cumpliendo con los estándares de emisiones en Australia y Europa tras la solicitud de la actualización del programa de control del motor”, según la empresa.
La demanda colectiva se vincula a los motores diesel EA189 de 1.6-litros y 2.0-litros que se vendieron en Australia entre los años 2008 y 2015.
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