Él no tiene un celular, tampoco conduce, ni tiene una dirección fija. Tampoco tiene trabajo y por eso anda siempre sin dinero. No sabe lo que es tener tres comidas al día.
Él vivía como cualquier otra persona normal en Australia, pero cuando se le venció la visa, tras una situación complicada, escapó y se convirtió en lo que se llama “un ciudadano ilegal”.
En Australia hay decenas de personas que viven sin una visa y no tienen el derecho de permanecer en el país. Al no tener un estatus legal, ellos se tienen que esconder y trabajar en condiciones de explotación sin poder reclamar nada. Tienen miedo de ser detenidos y deportados.
“Tan pronto piso la calle, miro si hay policías o alguna autoridad gubernamental. Constantemente me cuido las espaldas”, precisó Kumar.
“A pesar de vivir aquí por mucho tiempo y a pesar de lo que me ha pasado, si me atrapan, seré deportado inmediatamente”, comentó.

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Kumar vivió en alojamientos compartidos mientras pudo prestarse dinero de sus amigos para pagar el alquiler.
“Cuando ya no pude pagar el alquiler, me tuve que buscar lugares para quedarme. Pasé muchas noches al aire libre, al borde del río”, recordó.
A él se le denegó una extensión de su visa de estudiante en 2011, después las autoridades le rechazaron una visa de pareja porque no era elegible de solicitarla desde Australia. El ministro del Interior se rehusó a intervenir en su caso y se le invitó a dejar Australia hace cuatro años.
Pero él decidió quedarse y por ello no tiene derecho.
“Tengo que ganar dinero de la manera que pueda, en muchas ocasiones no me alcanza para comprar una comida”, señaló Kumar conteniendo las lágrimas.
Él realiza trabajos de todo tipo que consigue por Gumtree por dinero en efectivo.
“Una vez por semana o a veces dos, consigo un trabajo y gano 100 o 200 dólares y puedo comprar comida, sino duermo sin comer. Pero otras veces, a pesar de que tengo trabajo, no me pagan. No puedo hacer nada, no puedo ir a la Policía, es muy duro”, relató.
¿Por qué no regresa?
“Lo he pensado varias veces. Pero solamente una cosa me detiene. No he hecho nada malo”, explicó, al añadir que cree que el sistema ha sido injusto con él.
“Estoy en esta situación porque denuncié a mi pareja por someterme a la violencia doméstica. Si no lo hubiera hecho, no me escondería como criminal”.
Kumar se casó con una ciudadana australiana en mayo de 2013 quien patrocinó su visa de pareja. Pero su solicitud fue rechazada y se le indicó que retornara a India para solicitarla desde allá. Él dijo que su esposa tenía un problema médico grave que necesitaba apoyo constante. Él consideraba que no al podía dejar en esa situación y que ella no quería tampoco retornar a India por la gravedad de su salud.
Kumar dijo que su esposa estaba “muy dispuesta” a apoyarlo ante el Tribunal de Revisión de Inmigración, pero después él denunció que su esposa comenzó a maltratarlo y a ser violenta contra él. Un tribunal emitió una orden de protección pidiéndole a la mujer comportarse frente a Kumar y que no cometiera actos de violencia doméstica contra él.
Él solicitó una visa como víctima de violencia familiar, pero el Tribunal determinó que esto no comenzó “de forma inmediata”. El tribunal solo estaba dispuesto a revertir la decisión si la situación de violencia hubiera existido al momento de la solicitud.
Kumar pidió al ministro de Inmigración que intervenga en el caso, pero éste se negó.
“¿Qué clase de sistema es este en el que un hombre inocente es castigado por el crimen del otro? ¿He sido castigado porque fui víctima de violencia familiar? ¿Significa que el sistema quiere que tolere la violencia familiar?”, se preguntó.
Según el Ministerio del Interior, unas 2,730 personas obtuvieron visas por violencia familiar entre 2012 y 2018 y que tanto hombres como mujeres tienen derecho a ello.
“Las cláusulas sobre violencia familiar permite a un solicitante de una visa de pareja a dejar una relación violenta sin correr el riesgo de perder su residencia en Australia”, dijo el portavoz del Ministerio a SBS Punjabi.
“Desde 2012 unos 400 hombres han recibido una visa con estas bases tras determinarse que sufrieron de violencia familiar”, agregó.
A pesar de su situación en donde no tiene salida legal, Kumar no quiere dejar el país porque él considera que vino con muchos sueños y no puede decirle a sus padres que regrese tras vivir en Australia por una década.
“Me siento australiano y no creo haber hecho nada malo. Quiero que me devuelvan mi visa”, señaló.