La convención republicana en Estados Unidos ha sido escenario de celebración para los seguidores de Donald Trump que aplaudían su nominación como su candidato.
En sus inicios también hubo protestas incluso por parte de algunos delegados que no se ven representados por él durante las elecciones presidenciales de noviembre.
También hubo protestas de parte de algunos jóvenes, conocidos como Dreamers. Son los jóvenes que han vivido desde muy pequeños en Estados Unidos, y que durante la administración de Barack Obama lograron salir de la ilegalidad porque se les ha permitido registrarse, trabajar y estudiar.
Sin embargo, hay mucha frustración entre ellos porque muchos de ellos han visto a sus padres ser deportados, durante la administración de Barak Obama, y a pesar de que durante este gobierno se produjeron dos programas: el DAPA, que beneficiaba a unas 5 millones de personas, padres de ciudadanos o residentes permanentes, a los que se les suspendía las órdenes de deportación.
El otro programa es el DACA, que protege de deportación a más de 700.000 jóvenes inmigrantes.
En este momento los programas están en duda de continuar porque un fallo del Tribunal Supremo de Estados Unidos registró un empate técnico respecto al futuro de los alivios migratorios, una situación que ha generado una preocupante sensación de incertidumbre entre los afectados.
Alondra García, organizadora del programa Dream en San Diego, explicaba a Radio SBS porqué tiene pobres expectativas de que los millones de indocumentados en Estados Unidos puedan legalizar su situación migratoria bajo la administración de cualquiera de los dos candidatos principales en las elecciones.
