El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sigue estando bajo la curiosa observación de todo el mundo. La curiosidad estriba en conocer si sus acciones de gobierno podrían ser distintas a su retórica como candidato en la justa presidencial.
Pero ya bajó el telón, y a juzgar por lo acontecido en escasos dos días de gobierno, al parecer no hay diferencia entre lo que el magnate dijo antes de asumir el poder, con lo poco que ha sucedido.
Ya eliminó la información en español que hacía parte del sitio de internet de la Casa Blanca y de las redes sociales oficiales.
La primera aparición de su vocero de prensa Sean Spicer tuvo como fin cuestionar a los medios de comunicación porque el presidente consideró que los periodistas mintieron sobre el número de personas que acudió a presenciar la posesión. Incluso dijo que había sido mayor que la cantidad de gente que acudió cuando se posesionó Barack Obama, lo cual no es cierto.
Durante su discurso de posesión dejó traslucir su rechazo a organismos internacionales dejando entrever que cumplirá con su promesa de desligar su país de algunos acuerdos internacionales establecidos y tratados de libre comercio. Ya antes había cuestionado a las Naciones Unidas, la OTAN, y había felicitado a Gran Bretaña por retirarse de la Unión Europea.
Pero, ¿qué tanto esta desconexión con un mundo globalizado puede debilitar la importancia internacional de Estados Unidos? ¿Estará cediendo ese rol de liderazgo a China, cuyo presidente recientemente estuvo promoviendo la globalización en el Foro Económico Mundial de Davos?
Estos temas los conversamos en el programa Hora 13 de Radio SBS con Eduardo González, profesor adjunto de la Universidad The New School de Nueva York.
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