Morrison anunció el refuerzo de los controles de exportación para tranquilizar a los clientes extranjeros, así como la financiación de estudios para crear embalajes que eviten la manipulación de las fresas y la implementación de controles con rayos X.
"También estamos trabajando para mejorar la comunicación en la cadena de suministro hacia los mercados internacionales", dijo a la prensa en una explotación en Queensland, en el noreste del país.
La crisis afecta también a Nueva Zelanda, donde se descubrieron agujas en fresas australianas importadas.
Además este jueves la cadena de supermercados de Singapur NTUC FairPrice confirmó haber suspendido desde el lunes "por precaución" sus importaciones de fresas australianas.
En Australia, los consumidores se están movilizando para apoyar a los productores.
"Sea quién sea el idiota que empezó con esto, su idiotez ha quedado completa y totalmente desbordada por el buen carácter de los australianos que están junto a nuestros cultivadores de fresas" , dijo el primer ministro.
Anteriormente Scott Morrison anunció que su gobierno buscará que se eleven de 10 a 15 años las condenas por contaminación de comida para que sean similares a las que sancionan la financiación del terrorismo y la pornografía infantil. La iniciativa fue motivada por la crisis generada por el sabotaje con agujas insertadas en las fresas.
El primer ministro también dijo que se creará un nuevo delito por "imprudencia" que se sancionará con un máximo de 10 años de cárcel y en el que no se necesitará demostrar un motivo. La medida apunta principalmente a los imitadores del sabotaje de las fresas.
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