Los titulares de Energía de los estados, territorios y el federal en Hobart para discutir el plan nacional del primer ministro, Malcolm Turnbull, para intentar poner fin a la crisis energética.
Pero al parecer, el llamado plan de Garantía Nacional de Energía que pretende ahorrar unos cien dólares anuales en las tarifas eléctricas de los hogares tendrá un enemigo vehemente: El premier de Australia del Sur, el laborista Jay Weatherill.
Según Weatherill, la propuesta busca extender la vida de las plantas de energía impulsadas con carbón y detener el desarrollo de las energías renovables.
El Gobierno de Australia del Sur apoya un esquema de intensidad de emisiones, que calcula la eficacia de la intensidad de las emisiones de carbono y pone énfasis en que la responsabilidad la tienen los generadores de energía en lugar de los minoristas.
Con ello, el gobierno de Australia del Sur busca aumentar el uso de energías renovables, recortar los niveles de emisiones contaminantes y reducir los precios.
Las conversaciones se centrarán en el nuevo modelo encargado a la Junta de Seguridad Energética, que se conoce parcialmente.
Por su lado, el ministro australiano de Energía, Johsh Frydenberg, dijo que el plan fue recomendado por un panel de expertos y que de implementarse se lograría una rebaja del 23 por ciento en los precios al por mayor.
Se desconoce si los gobiernos laboristas de Queensland y Victoria apoyarán el plan, pero el de Nueva Gales del Sur intentará convencer a los otros estados y territorios a dar luz verde a la propuesta.
El Consejo Empresarial de Australia ha instado a los ministros a dejar la política de lado para poner concretar una política energética y climática.
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