La pareja norteamericana que había sido secuestrada en Afganistán en 2012 ya llegó a su casa en Toronto con sus tres hijos nacidos en cautiverio.
La estadounidense Caitlan Coleman, su esposo canadiense Joshua Boyle y sus tres hijos fueron liberados en Pakistán de un secuestro de cinco años.
Pero mientras Caitlan Coleman permanece internada en un hospital canadiense por una enfermedad no revelada, su esposo Joshua Boyle sigue insistiendo que su hija fue asesinada en respuesta a su negativa a aceptar una oferta de sus captores, cuyas condiciones aun se desconocen, y que su esposa fue violada.
Los talibanes mientras tanto desmintieron haber matado a la hija y violado a la esposa del exrehén canadiense y alegan que la muerte del bebé se produjo por un "aborto" natural.
"Las acusaciones del detenido canadiense contra los muyaidines del Emirato islámico carecen de fundamento", anunciaron los talibanes en un comunicado de su portavoz, Zabihulá Mujahid, subido a internet.
"Durante su detención y hasta su liberación, el marido y la mujer nunca estuvieron separados, precisamente para no alimentar las sospechas", continúa.
Respecto a la mujer, estaba "enferma y debido a su grave estado de salud, tuvo un aborto natural y perdió a una bebé. El lugar era aislado, no había médicos", explica.
"Nadie ha asesinado nunca a un hijo de esta pareja y nadie los ha violado", añade.
No obstante Boyle aseguró que el asesinato de su hija y la violación de su esposa habían sido confirmados por una investigación afgana en 2016.
El secuestro
Joshua Boyle y Caitlan Coleman habían sido secuestrados por los talibanes en 2012 durante un viaje a Afganistán, a donde llegaron viajando como mochileros desde Rusia.
En diciembre de 2016 la pareja y dos de sus hijos aparecieron en un video de los insurgentes afganos pidiendo su liberación.
A mediados de ese año, los padres de Caitlan Coleman habían instado a los talibanes, también en un video, a liberar a la familia. Anteriormente, en noviembre de 2015 recibieron una carta de su hija, que un experto autentificó, en la que les anunciaba que había tenido dos hijos en cautiverio.
Según el ejército paquistaní, "las agencias de inteligencia estadounidenses seguían el rastro [de los rehenes] y comunicaron que habían pasado a Pakistán el 11 de octubre de 2017 a través de la zona tribal de Kurram", fronteriza con Afganistán.
Los padres de Caitlan Boyle dijeron que se sienten eufóricos tras la liberación de la familia, pero profundamente enfadados con su yerno por llevar a su hija a Afganistán.
"Llevar a su esposa embarazada a un lugar tan peligroso, por el tipo de persona que soy, es inconcebible", dijo el padre de Caitlan, Jim Coleman.