Una nueva encuesta de Fairfax-Ipsos reveló que el 71 por ciento de los electores, así como el 80 por ciento de los simpatizantes de la coalición gobernante, quieren que el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, cumpla con su período de mandato en lugar de que sea apartado del cargo para convocar a nuevos comicios.
Australia ha pasado por diversas crisis políticas en la última década en la que se han visto cambios de liderazgo tanto en el Gobierno laborista con los las revueltas internas que llevaron a una alternancia del poder entre Kevin Rudd y Julia Gillard, y en el Gobierno de la coalición liberal, con la salida de Tony Abbott para dar paso a Malcolm Turnbull.
La publicación de la encuesta coincide con las últimas sesiones legislativas antes de la Navidad, período en el que se espera la aprobación del proyecto para legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo y la implementación del sistema de declaración del estatus de ciudadanía de los parlamentarios para poner fin a la crisis de la doble nacionalidad que ha afectado la gobernabilidad del país.
La semana pasada el legislador de la coalición gobernante George Christensen admitió que estaba planeando secretamente apartarse del Gobierno, que tiene solamente una mayoría de un escaño en la Cámara Baja, si Turnbull no era reemplazado en su cargo.
Sin embargo, el legislador del Partido Nacional expresó que ha cambiado de parecer debido al anuncio dado por Turnbull la semana pasada sobre la creación de una Comisión Real para investigar a los bancos, una medida que tanto Christensen como varios colegas del Partido Nacional habían pedido y que el primer ministro rechazaba.
Por su lado, el legislador del Partido Nacional y ministro de Transporte e Infraestructuras, Darren Chester, dijo que a él no le sorprende el resultado de la encuesta.
“Respaldo a mi líder Barnaby Joyce muy fuertemente y también a Malcolm Turnbull”, comentó Chester a la ABC el lunes.
Joyce, quien es al líder del Partido Nacional, recuperó su escaño en New England en los comicios complementarios el sábado que se declaró vacante al descubrirse que tenía la nacionalidad neozelandesa.
Tras esa victoria que fortaleció al Gobierno, Joyce comentó que había hablado con Christensen y éste le había prometido lealtad al partido.