Sao Paulo, Brasil | AFP | miércoles 25/01/2018 - 07:50 UTC+11 | 833 palabras
Actualiza tras sentencia
por Rosa SULLEIRO
El obrero que venció al hambre y condujo a Brasil a la cima, o el jefe de una de las mayores tramas corruptas de la historia: nadie es indiferente a Luiz Inácio Lula da Silva, ahora más cerca de la cárcel que de la presidencia en un país dividido.
El horizonte de quien Barack Obama calificaba hace una década como "el hombre" se oscureció aún más el miércoles, cuando un tribunal de apelación confirmó su condena por corrupción y lavado de dinero, aumentando la pena a 12 años y un mes de prisión.
Con medio mundo mirando, el trío de magistrados de la sureña Porto Alegre no dudó en señalar a Lula, de 72 años, como el padrino de la enorme trama corrupta de Petrobras, dejando malheridas sus aspiraciones de regresar en las elecciones de octubre próximo a la presidencia que ostentó entre 2003 y 2010.
Podrá seguir recurriendo en libertad, pero el tiempo se agota para el icono de la izquierda.
"El expresidente fue uno de los articuladores, si no el principal, del amplio esquema de corrupción" en Petrobras, argumentó uno de los jueces en su voto.
Pero el extornero mecánico que pilotó el milagro económico de Brasil ya ha burlado varios finales durante su improbable carrera.
Ahora quiero ser candidato a la presidencia de la República" de Brasil, afirmó el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva ante una multitud enardecida en Sao Paulo, tras ser condenado este miércoles a doce años de cárcel por corrupción. Los jueces "saben que no cometí ningún crimen", proclamó el exmandatario de izquierda (2003-2010). "Quiero que me pidan disculpas por la cantidad de mentiras que profieren sobre mí desde hace cuatro años" agregó. "Pueden retirarme derechos, no hay problema. Pero lo que yo quiero disputar con ellos es la conciencia del pueblo brasileño", agregó con su voz rasgada, levantando una ovación.
Favorito en las encuestas, Lula se considera víctima de un "pacto diabólico" de las élites para impedir que gane las elecciones de octubre, en una guerra que comenzó en marzo de 2016 con la policía despertándolo al alba para llevarle a declarar.
Ya no hubo vuelta atrás en una tensa escalada que dejó en julio su primera condena a casi diez años de cárcel, después de que el aplaudido juez Sergio Moro le considerara beneficiario de una vivienda ofrecida por una constructora a cambio de contratos en Petrobras.
"Cuando era niño conocí el hambre y nunca osé robar ni una manzana. ¿Cómo podría robar un apartamento?", retó Lula hace una semana.
Con otros seis procesos abiertos, la confrontación ha resucitado al combativo líder sindical que no paró hasta saltar de la fábrica al palacio de Planalto; pero los escándalos y la crisis han oxidado aquel histórico 87% de popularidad con el que dejó la presidencia en 2010.
- "Estrella de rock" -
Nacido en el árido nordeste, Lula conoció desde su nacimiento lo más dramático de la pobreza que azotaba a casi un tercio de los brasileños.
Séptimo hijo de un matrimonio analfabeto, fue abandonado por su padre antes de que la familia emigrara a la industrial Sao Paulo como millones de coterráneos.
Fue vendedor ambulante y lustrabotas, a los 15 años inició su formación de tornero, perdió un meñique en una máquina y al final de los 70 lideró una histórica huelga que desafió a la dictadura (1964-85).
Brasilia, sin embargo, se hizo esperar y fue derrotado en tres ocasiones como candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), que él mismo cofundó en 1980.
Cuatro años antes, este sindicalista de potente magnetismo se había presentado en una conferencia del economista Eduardo Suplicy. Apenas tenía formación de operario, pero quería saberlo todo sobre la distribución de renta.
"Lula tiene una capacidad de asimilar conocimientos y de pronunciarse de una manera tan clara que consiguió entusiasmar a la población brasileña, especialmente porque siempre mantuvo un contacto muy próximo con todos, incluso con los más pobres", contó a la AFP Suplicy, quien fue también cofundador del PT y senador durante 25 años.
El político al que la revista Foreign Policy calificaría posteriormente como una "estrella del rock de la escena internacional" alcanzó finalmente la presidencia en 2003.
Durante sus dos mandatos, empujados por el viento a favor de la economía mundial, 30 millones de brasileños salieron de la pobreza.
Y coronó su presidencia consiguiendo la sede del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos de Rio-2016.
- "Sin límites" -
Pero fue en aquellos años de gloria donde muchos ven la raíz de los problemas que le han llevado a las puertas de la cárcel, como señaló en septiembre Antonio Palocci, su primer ministro de Hacienda, ahora preso por corrupción.
"[Lula] se disoció definitivamente del niño pobre para navegar en el terreno pantanoso del éxito sin crítica (...), del poder sin límites", escribió quien fuera uno de los más influyentes jerarcas del PT.
Juntos habían sobrevivido al escándalo del 'mensalao' de 2005, una millonaria contabilidad ilegal para comprar el apoyo de congresistas, tras el que Lula descabezó la dirección del partido.
Él logró mantenerse al margen, fue reelegido en 2006 y en 2010 consiguió la victoria de Dilma Rousseff (destituida en 2016 por el Congreso).
Poco después, le diagnosticaron un cáncer de laringe que superó, aunque dejó huella en la voz rasgada con la que ahora clama que seguirá luchando para regresar y restituir el honor de su esposa, Marisa Leticia, incluida en varias de sus causas judiciales hasta su repentina muerte hace un año.
POSIBLES ESCENARIOS JUDICIALES Y ELECTORALES TRAS LA CONDENA DE LULA
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a doce años de prisión por corrupción y lavado de dinero, dispone aún de recursos para evitar la cárcel e iniciar la campaña de las elecciones de octubre, en las que se presenta como favorito en los sondeos.
La condena fue pronunciada este miércoles por un tribunal de apelación.
- ¿Qué pasa luego del fallo?
La defensa tiene dos días para solicitar precisiones o aclarar dudas (recurso de declaración). Pero la sentencia no puede revertirse.
No hay plazo establecido para concluir este tipo de proceso, que en general se tramita con celeridad.
- ¿Cuáles son las opciones para Lula si pierde definitivamente todos los recursos de segunda instancia?
. Ante el Supremo Tribunal de Justicia (STJ - instancia previa al Supremo Tribunal Federal): la defensa tiene 15 días para presentar un recurso especial en el que pida discutir el mérito de la acción o su nulidad. No puede discutir hechos nuevamente.
. Ante el Supremo Tribunal Federal (STF - Corte Suprema): la defensa tiene también 15 días para cuestionar la condena o pedir la nulidad del proceso con un recurso extraordinario. La aceptación del pedido de nulidad obligaría a realizar un nuevo juicio de primera instancia.
No hay plazo establecido para la decisión en torno a estos recursos. El fallo del STF es definitivo.
- ¿Cuándo podría decretarse la prisión de Lula?
La prisión podría decretarse cuando se agoten todos los recursos de segunda instancia.
"Algunos tribunales no decretaron y otros sí. Los que decretaron [la prisión] siguieron con otros recursos ante instancias superiores que decidieron en algunos casos liberar [al preso]. No es algo automático, se determina caso por caso", explica el abogado y profesor de la Fundación Getulio Vargas (FGV) Thiago Bottino.
En caso de enfrentar la prisión, Lula podría solicitar un habeas corpus ante el STJ y recurrir ante el Supremo Tribunal Federal STF.
- ¿Puede Lula ser candidato a la Presidencia de Brasil si la condena es ratificada en segunda instancia?
De acuerdo con el marco jurídico brasileño, la condena en segunda instancia lo inhabilita electoralmente (ley de "Ficha Limpia"). Pero podría iniciar la campaña gracias a una medida cautelar del Tribunal Supremo Electoral (TSE). El plazo para la inscripción de candidaturas comienza el 20 de julio y termina el 15 de agosto.
Si la candidatura es impugnada, el Partido de los Trabajadores (PT) puede reemplazar a Lula hasta el 17 de septiembre, veinte días antes de la elección de la primera vuelta del 7 de octubre.
Caso contrario, si el exmandatario continúa en la carrera electoral y es elegido, su toma del cargo dependerá de la evolución judicial del caso y de los recursos legales que sostengan su candidatura.
De ganar los comicios, Lula recibiría a mediados de diciembre el reconocimiento de la justicia electoral de que está en condiciones de asumir, momento en el cual pasaría a tener la protección del fuero privilegiado.
Aún en esa circunstancia, su elección podría ser impugnada, dejando el mandato en manos de su eventual vicepresidente. De no ser invalidada su victoria, el proceso podría congelarse hasta el fin del mandato, ya que constitucionalmente en Brasil un presidente no puede responder por crímenes cometidos previos al ejercicio de su cargo.
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