El Parlamento australiano reanuda sus sesiones esta semana después de unas largas vacaciones de invierno, y desde ya se vislumbra un largo y ríspido debate sobre las propuestas de reforma para las prestaciones sociales que reciben personas desempleadas y los jóvenes que están buscando incorporarse al mercado laboral, conocidas como Newstart y Youth Allowance.
El primer ministro Scott Morrison está presionando para implementar a nivel nacional el programa de la tarjeta de débito sin dinero en efectivo. La idea es que el 80 por ciento de los beneficios de pagos de asistencia social únicamente se puedan utilizar para comprar artículos de primera necesidad, como alimentos, ropa y servicios públicos; y sólo el 20 por ciento restante estará disponible para ser retirado en efectivo. La medida busca evitar que los pagos de asistencia social sean gastados en alcohol, drogas y juegos de azar.
El programa piloto de esta reforma actualmente se lleva a cabo en las regiones de Ceduna, en Australia del Sur; Goldfields y East Kimberley, en Australia Occidental; y la región de la bahía de Bundaberg y Hervey, en Queensland.
En declaraciones a la cadena australiana ABC, el ministro de Finanzas, Mathias Cormann, dijo que los programas piloto estaban funcionando. "Las pruebas con tarjetas de débito sin efectivo están demostrando ser muy exitosas para reducir la tasa de desempleo juvenil; en particular, para reducir el nivel de gasto en drogas, juegos de azar y alcohol".
La implementación nacional de la tarjeta de asistencia social sin efectivo hará la vida más difícil: Laboristas
Sobre este tema el vocero laborista para asuntos de Relaciones Industriales, Tony Burke, cuestionó el funcionamiento de este programa piloto. Burke declaró a Sky News que por más que el Gobierno afirme que el programa piloto está funcionando, el auditor general opina otra cosa. “El auditor general ha criticado profundamente las afirmaciones de que este programa está funcionando."
El laborista también señaló que la tarjeta de débito sin efectivo obliga a los beneficiarios a alejarse de los pequeños comercios, los cuales ofrecen precios más bajos en comparación con las grandes cadenas.
Pruebas antidrogas para algunos beneficiarios de pagos de asistencia social
Entre las propuestas que más han causado polémica respeto a este programa se encuentra el someter a algunos beneficiarios de asistencia social a pruebas de detección de consumo de drogas.
De acuerdo con la reforma que la Coalición planea revivir este periodo de sesiones, las personas en Newstart y Youth Allowance que resulten positivas a drogas como ice, marihuana, éxtasis, heroína y cocaína podrían ser colocadas en un programa de gestión de ingresos o referidas a programas de rehabilitación.
La idea es implementar un programa piloto de dos años en el que se evaluaría a 5,000 nuevos beneficiarios de los programas sociales conocidos como Newstart y Youth Allowance. El objetivo, se dice, es combatir el problema de la adicción a las drogas que impide que algunos australianos desempleados se sumen a la fuerza laboral.
Scott Morrison ha defendido esta propuesta de pruebas antidrogas para los jóvenes que buscan empleo como una manera de "ayudar a las personas a ponerse de pie nuevamente".
Sin embargo, los laboristas desestiman este argumento señalando que el grupo de edad más grande de personas que reciben Newstart son aquellos mayores de 55 años.
Linda Burney, portavoz de la oposición para asuntos de la Familia y Servicios Sociales, dijo que el número de personas mayores de 55 años que recibieron Newstart había aumentado en más del 45 por ciento durante un período de cinco años bajo la Coalición.
Las propuestas con que se presentan la Coalición a este periodo de sesiones llegan en un momento en que el Gobierno se ha resistido repetidamente a las peticiones de aumentar la tasa de Newstart, diciendo que la prioridad es que las personas dejen de apoyarse en los pagos de bienestar social e ingresen al mercado laboral.
Pero la oposición califica la reintroducción de esta ley como "mala y desagradable".
Burke señaló que el primer ministro quiere humillar aún más a esas personas a través de pruebas antidrogas. "Entrar a la oficina, tener que orinar en una taza, arrancarse los pedazos de cabello, tener que escupir en un frasco, y todo esto ¿para qué?", dijo Burke y agregó que esto “no creará un trabajo, esto humilla a las personas. No es una política sensata".
Pruebas antidrogas a los políticos también
Por su parte la senadora independiente Jacqui Lambie dijo estar dispuesta a respaldar los programas pilotos propuestos por el Gobierno, pero solo si los políticos federales también se someten a pruebas para detectar el uso de drogas.
Se espera que ambas propuestas de reforma a los programas de asistencia social dominen la agenda del Parlamento cuando éste reanude los trabajos legislativos este lunes 9 de septiembre.
