Los miembros de la sociedad de conservación Sea Shepherd han decidido abandonar su misión de más de diez años de detener a los balleneros japoneses en el Océano Austral, diciendo que no pueden igualar el poder económico y tecnológico del gobierno en Tokio.
El grupo conservacionista de océanos ha enviado buques para hostigar y obstaculizar a los balleneros japoneses durante los últimos 12 años, pero en un anuncio en su portal de Internet, el grupo anunció que sus recursos no pueden competir con los de sus opositores, que están respaldados por un "super poder económico".
La sociedad de conservación dijo que el ejército de Japón está ahora monitoreando los barcos del grupo usando recursos adicionales que le impiden el paso, de modo que el grupo no se puede acercar lo suficiente como para interrumpir y documentar la caza de ballenas. Además Tokio los ha amenazado con intervención militar.
La decisión se produce después de que Japón introdujera nuevas leyes de caza de ballenas en junio que aseguran la asignación de fondos públicos para su programa de caza de ballenas y permite que las agencias gubernamentales despachen barcos al Océano Austral para interrumpir los esfuerzos de los protectores de los océanos.
En ese período el Fiscal General de Australia George Brandis dijo que su gobierno seguiría luchando por la conservación de las ballenas y continuaría defendiendo la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas. Sea Shepherd por su parte volvió a instar al gobierno australiano que le haga frente al gobierno de Japón.
El grupo también dijo que al no lograr un estatus de organización benéfica, un pedido que el gobierno de Australia se niega a otorgarle, se le hace sumamente difícil recaudar fondos para financiar sus misiones.
Sea Shepherd afirmó que está trabajando en un nuevo plan para poner fin a la caza de ballenas, no sólo por Japón en las aguas entre Australia y la Antártida, sino también por balleneros noruegos, daneses e islandeses.
Un fallo de la Corte Internacional de Justicia en 2014 contra la caza de ballenas en Japón logró ser soslayado por la revisión de la cuota de matanzas de ballenas.