Un agente de la policía de Queensland que golpeó fatalmente a su hijo de 10 semanas de edad con tal fuerza que le destrozó su hígado ha sido sentenciado a nueve años de cárcel.
Colin David Randall tenía previsto ir a juicio en la Corte Suprema de Brisbane en abril por el asesinato de su hijo, pero se declaró culpable del delito menor de homicidio, solo tres días antes.
En su dictamen el viernes, el juez Peter Davis presentó una evaluación sumamente crítica del hombre de 41 años , diciendo que había violado su deber de padre por cuidar a su hijo de la manera "más horrible y despreciable".
El juez Davis dijo que creía que la razón por la cual al principio Randall mintió sobre lo que había hecho y al final admitió haber matado a su hijo era la misma; "la autopreservación".
El juez Davis dijo que aunque acepta que la decisión de Randall de golpear a su hijo fue un acto espontáneo, el daño fue "muy deliberado".
"Fue un golpe fuerte en el abdomen del bebé, que le destruyó el hígado", dijo.
La corte escuchó que no había factores significativos que condujeran a semejante violencia.
El juez Davis describió la frustración que Randall dijo que sentía en su casa como "presiones domésticas normales".
El juez Davis ordenó que sirviera cinco años en la cárcel, donde permanecerá en confinamiento solitario debido a los peligros que enfrenta de otros prisioneros por ser agente de policía y por matar a un niño.