En sus primeros 100 días de mandato, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado cambios de timón más de una vez y en diversas áreas, pero los cambios en su política migratoria están siendo cuestionados y algunas voces señalan que en realidad lo que está haciendo es respaldar los planes fronterizos del presidente estadounidense, Donald Trump.
A fines de enero, de manera unilateral el gobierno de Trump lanzó una nueva política para enviar a los solicitantes de asilo -casi todas personas que huyen de la pobreza y la violencia en Guatemala, Nicaragua y El Salvador-, de regreso a México para que esperen allí mientras se revisan sus casos, lo que puede llevar hasta dos años.
El gobierno de México no se opuso a tal medida y ha estado asistiendo a las personas que son enviadas de regreso. El programa de retorno a México de solicitantes de asilo comenzó a implementarse en un área de la frontera, en Tijuana, México; aunque se espera que se extienda a otras ciudades fronterizas.
Estas acciones de recibir a los solicitantes de asilo de regreso en México; de interceptar en suelo mexicano a los niños que viajan solos; y de ofrecer visas y apoyos económicos a los migrantes que transitan por México está siendo señalado por algunos analistas y ONGs como un cambio en la política del Gobierno mexicano para contener el arribo de migrantes a la frontera de México con Estados Unidos.
Sobre estos puntos conversamos con el doctor José Ascencio Moreno Mena, presidente de la Coalición Pro Defensa del Migrante.