El Gobierno australiano prometió aumentar la financiación en un 75 por ciento en los próximos años, pero ya reina la incertidumbre sobre el monto que recibirá cada centro educativo en el corto plazo.
El nuevo modelo de financiación de las escuelas beneficia a más de 9.000 escuelas no gubernamentales, católicas e independientes. También supone un recorte progresivo de los fondos destinados a más de 350 centros educativos que se cree tienen mayor financiación de la necesaria, entre ellos 24 considerados exclusivos que padecerán el impacto muy pronto.
La medida, que ha motivado que las escuelas católicas alertaran sobre alzas en sus tarifas escolares, debe ser aún aprobada en el Senado, donde el Ejecutivo de Camberra tiene minoría, aunque ya el Partido Verde ha dado señales de que podría darle el visto bueno.