La ministra australiana de Exteriores, Julie Bishop, se reunirá con el embajador ruso en Australia para darle una reprimenda por el intento de asesinato del exagente ruso Sergei Skripal y su hija Yulia con un agente nervioso en territorio británico, un acto que se atribuye a Rusia, mientras que las autoridades esperan la salida del país de dos supuestos agentes de inteligencia del Kremlim .
Los dos supuestos espías expulsados trabajan en la Embajada rusa en Camberra, pero el enviado de Moscú, Grifory Logvinov, insistió en que éstos son diplomáticos de carrera y han sido tratados injustamente por Australia.
Al ser preguntado en los corredores del Parlamento de Camberra el martes por la noche si éstos eran espías, Logvinov, respondió “es una broma”.
El embajador ruso tiene previsto dialogar el miércoles por la mañana con Bishop y se prevé que explicará qué acciones adoptará Rusia tras la expulsión de dus dos agentes.
“La decisión final descansa en las manos del presidente (Vladimir Putin)”, dijo Logvinov a la cadena local ABC, quien se espera que pida a Bishop que respete “los hechos”.
Por su lado, Bishop dijo que espera reunirse con Logvinov pornto.
“Mi mensaje es que Australia condena el uso de armas químicas en cualquier momento y en cualquier país”, precisó la ministra.
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