Australia ha mejorado ligeramente las condiciones de los niños vulnerables en los últimos 20 años, pero la tasa de embarazos en la adolescencia sigue siendo demasiado alta.
Un informe global de la organización sin fines de lucro Save the Children clasifica a Australia en la posición número 15º en referencia al acceso de los niños a la atención médica, la educación, la nutrición y la protección contra prácticas nocivas como el trabajo infantil y el matrimonio infantil.
El informe asegura que el mundo está progresando en luchar contra aquellos eventos que acortan la infancia y que cambian la vida de los niños y niñas, como el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la exclusión de la educación, la enfermedad, la desnutrición y la muerte violenta.
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"Sin embargo, aún hay más de 690 millones de niños a quienes se les ha robado una infancia", dijo el miércoles el presidente ejecutivo de Save the Children Australia, Paul Ronalds.
Asegura que demasiados niños sufren por causa de conflictos, por tener que abandonar la escuela y trabajar para alimentar a sus familias, y por ser forzados a un matrimonio temprano.
El ranking de Australia de madres adolescentes se asemeja al de Malasia y Bahrein, pero está justo por debajo del Reino Unido. Una de cada cuatro madres adolescentes se identifican como aborígenes o isleñas del Estrecho de Torres.
El informe señala que la situación de los niños indígenas australianos es preocupante, ya que tienen el doble de probabilidades de morir durante la primera infancia que los niños no indígenas. También tienen tasas de asistencia escolar significativamente más bajas.
Desde el año 2000, las circunstancias para los niños han mejorado en todos menos en tres de los 176 países, dijo Save the Children, pero sólo en 2017, más de 30 millones de niños han sufrido desplazamientos por causa de conflictos y guerras.
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