Antes de que fallara un penal cuando el encuentro ante Islandia estaba 1-1, a Messi se le notaba incómodo, como perdido en el terreno, sin poder hilvanar sus clásicas acciones punzantes. Lucía como en sus discretas faenas con la albiceleste.
En el debut en Rusia, parece que el crack del Barcelona no ha podido absorber la fuerte presión por la exigencia de tener que revertir la serie de tres finales consecutivas perdidas (el Mundial-2014 y las ediciones 2015 y 2016 de la Copa América).
Perú no pudo celebrar por todo lo alto su regreso a un Mundial después de España-1982, cuando se apagaba la generación dorada que lideraba Teófilo Cubillas.
Pero dejó la sensación de que mereció llevarse al menos el empate del estadio de Saransk porque busco de mil maneras la forma de descontar el 1-0 a favor de Dinamarca.