El controvertido caricaturista australiano, quien calificó el concepto del comportamiento “políticamente correcto” - politcally correct- como un veneno, ha sido recordado como un maestro de la sátira por figuras políticas y miembors del sector de los medios de comunicación de Australia.
Leak murió el viernes en el Hospital Gosford presuntamente de un ataque cardíaco. Tenía 61 años de edad.
El editor en jefe del diario The Australian, Paul Whittaker, describió a Leak, ganador del premio Walkley, como un gigante en el campo de la caricatura.
El dibujante fue una figura polémica y algunos opositores lo calificaron de racista.
"La muerte de Bill Leak (un racista) ha dejado un agujero enorme (para los racistas) en el ambito de cómics australianos, estoy seguro que lo extrañarán (los racistas)", dijo el caricaturista de Melbourne Jake Lawrence en Twitter .
En una caricatura sobre el abandono de los padres indígenas, publicada en agosto de 2016, Leak dibujó a un oficial de la policía pidiéndole a un padre aborigen que llevaba una lata de cerveza en su mano que hable con su hijo acerca de sus responsabilidades personales.
El indígena contestó: "Sí, ¿pero cómo se llama?"
Tras la publicación de la caricatura, presentaron una denuncia de racismo ante la Comisión de Derechos Humanos, que posteriormente fue abandonada.
Las figuras conservadoras, incluyendo los políticos federales de la coalición, utilizaron el caso para argumentar a favor de la reforma de la sección 18C de la ley de discriminación racial en Australia.
