El cineasta australiano James Ricketson ha sido declarado culpable de espionaje y condenado a seis años de cárcel por un tribunal camboyano.
El hombre de 69 años estaba vestido de naranja prisión y parecía relajado cuando el veredicto fue dictado el viernes por un tribunal de tres jueces en Phnom Penh.
Lo llevaron en una furgoneta de la prisión gritando: "¿Por qué país estoy espiando?"
Ricketson ya pasó 15 meses en la cárcel de Phnom Penh desde que fue arrestado por volar un avión no tripulado sin un permiso sobre un mitin político organizado por el opositor Partido Nacional de Rescate de Camboya (CNRP). Él siempre ha mantenido su inocencia.
Su familia ha expresado su desesperación por el resultado.
"El costo de este resultado, para James, y toda nuestra familia y amigos es inmenso. Está viviendo, y continúa siendo, una experiencia verdaderamente brutal", dijo el portavoz en una declaración en nombre de la familia. "Seguiremos luchando. No nos daremos por vencidos".
La familia ha instado al gobierno australiano a abogar fuertemente en su nombre, diciendo que Ricketson no gozaba de buena salud.
"Nuestra familia está muy asustada sobre lo que le sucederá allí si las cosas cambian para peor. No estamos seguros de cuánto tiempo puede soportar las condiciones en las que está obligado a vivir en la prisión de Prey Sar, donde está sujeto a espacios reducidos, falta de sueño, alimentos de subsistencia y casi ningún cuidado médico".
James Ricketson in a Cambodian village before his arrest in June 2017. Source: Supplied
Acusado de incitar al odio
Durante el juicio de Ricketson, el fiscal Seang Sok dijo que Ricketson había ingresado a Camboya para incitar al odio, con el objetivo de derrocar a Hun Sen y su gobierno y proporcionar información a los estados extranjeros que era perjudicial para el país.
También dijo que Ricketson, de 69 años, había utilizado su filmación como una tapadera desde 1995 para sus actividades de espionaje, citando una docena de correos electrónicos utilizados para justificar las acusaciones.
Los fiscales no nombraron ningún país al que supuestamente espió Ricketson, pero buscaron el cargo adicional de traición.
Su defensa argumentó que la evidencia no respaldaba el cargo y que era un error encarcelar a un hombre que había llevado "cultura y humanidad" a los pobres de Camboya.
"James ha hecho mucho bien aquí, nada que ver con el espionaje", dijo el abogado Kong Sam Oun al tribunal, en lo que respecta a su trabajo de caridad. "Es imposible ser un espía durante 22 años".
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