El gobierno federal está examinando un plan para cambiar radicalmente el sistema australiano de migración permanente, que propone introducir una visa provisional obligatoria antes de que un inmigrante reciba una visa de residencia permanente.
Fairfax Media accedió a los documentos calificados de "delicados" y "protegidos", que fueron examinados por el comité de seguridad nacional hace meses y que se espera que sean presentados al gabinete a principios del próximo año.
Uno de los objetivos de la medida es aumentar los ahorros presupuestarios, limitando el acceso a los pagos de seguridad social para los inmigrantes recién llegados. Sin embargo, existen dudas de que el plan propuesto podría crear una brecha en la sociedad australiana.
"Las reformas propuestas podrían socavar la cohesión social de Australia y potencialmente aumentar los factores de riesgo que pueden conducir al extremismo violento mediante la creación de una sociedad de dos clases donde los migrantes son tratados de manera sustancialmente diferente a los ciudadanos australianos", dice un documento de discusión preparado para una reunión entre el jefe del DIBP Michael Pezzullo.
El documento señaló que además de tratar a los inmigrantes con sospecha los cambios podrían afectar negativamente su buena voluntad de contribuir a la sociedad australiana. También dijo que restringir el acceso a los pagos de seguridad social por los titulares de visas provisionales sería contravenir las obligaciones nacionales de Australia hacia los inmigrantes vulnerables.
El documento también indica que las reformas pueden llegar a ser impopulares entre la comunidad dado que uno de cada dos australianos nacieron en el extranjero o tienen un padre o madre que nacieron fuera de Australia.
El Partido de los Verdes de Australia criticó al gobierno por tratar de explotar el "miedo y la división" en la comunidad. "Lo que estamos viendo es que el ministro (de inmigración) intenta explotar el temor y la división dentro de nuestra comunidad, en un momento en que necesitamos estar unidos", dijo el líder de los Verdes Richard Di Natale a periodistas en Canberra el miércoles.