El fiscal general de Australia, George Brandis, acusó a varios diputados laboristas de esconder ante la vista de todos sus estatutos de ciudadanía y puso en duda sus capacidades para ocupar un escaño en el Parlamento.
El Gobierno de la Coalición conservadora y el Partido Laborista, que hasta ahora no había sido mellado por esta crisis, dialogan a puerta cerrada sobre la posibilidad de derivar otros casos recientemente descubiertos sobre la nacionalidad de los legisladores al Tribunal Superior.
La Coalición tiene en la mira a por lo menos cuatro diputados laboristas en la mira: David Feeney, Justine Keay, Susan Lamb y Josh Wilson, junto a la senadora Katy Gallagher.
“Ahora sabemos que cuatro de sus legisladores y una senadora que básicamente han tratado de esconderse a la vista de todos en el último par de meses mientras esta saga se ha ido cocinando”, dijo el senador Brandis al canal 9 de la televisión australiana.
También le pidió al líder de la Oposición, Bill Shorten, a referir los casos de sus legisladores al Tribunal Superior, al añadir que el Parlamento puede hacerlo si él no lo hace.
Feeney, quien olvidó declarar en el pasado su mansión de 2,3 millones de dólares en Melbourne ante el Parlamento, ha dicho que él mismo referirá su caso al Tribunal si no se encuentran sus papeles que corroboran que renunció a la ciudadanía británica en 2007.
Keay, cuyo padre nació en Reino Unido, renunció a su ciudadanía el 8 de julio de 2016, seis días después de las elecciones mientras que Lamb, de padre escocés, presentó su solicitud de renuncia el 24 de mayo de 2016, pero su documentación fue rechazada casi tres meses después.
Wilson, nacido en Londres, completó el formulario de renuncia a la ciudadanía británica el 12 de mayo de 2016, pero ésta fue confirmada el 24 de junio de ese año, días después del cierre de la presentación de las candidaturas.
Brandis cree que los legisladores de la coalición no tienen problemas de ciudadanía a pesar de que los laboristas dudan de las situaciones de Jason Falinski, Ross Vasta, Nola Marino, Julia Banks, Alex Hawke, Michael McCormack, así como potencialmente del ministro Josh Frydenberg y el senador Arthur Sinodinos.
Asimismo la¨situación de la legisladora Rebekha Sharkie, del Grupo de Nick Xenophon, está en duda.
Los exsenadores Jacqui Lambie y Skye Kakoschke-Moore, además del expresidente del Senado Stephen Parry, ya tienen fechas para que el Tribunal Superior australiano, la máxima instancia judicial del país, revise sus casos.
