El Gobierno australiano anunció el lunes que buscará ahorrar 1.300 millones de dólares en los próximos cuatro años con nuevas medidas presupuestarias que afectan a los migrantes.
Desde julio del próximo año los nuevos inmigrantes deberán esperar tres años, en lugar de dos, para acceder a una serie de pagos de la seguridad social, incluyendo el de los beneficios familiares tributarios, la baja parental y el subsudio para los cuidadores (en inglés Family Tax Benefit, Paid Parental Leave y Carer's Allowance).
El anuncio fue criticado duramente por la presidenta de la Federación de los Consejos de las Comunidades Étnicas de Australia (FECCA, siglas en inglés), Mary Patetsos, que calificó esta medida de “paso preocupante”.
“El monto relativamente pequeño de ahorro presupuestario va a impactar con mucha severidad en mucha de la gente con más desventaja, a las familias vulnerables y los niños pequeños”, dijo Patetsos a SBS News.
“La restricción del subsidio de baja paternal para estas familias creará una privación innecesaria”, comentó.
Patetsos instó al Gobierno en nombre de FECCA a reconsiderar la medida que tiene, en su opinión, un impacto innecesario en los grupos vulnerables.
“Entendemos que se necesita un ajuste fiscal, pero cómo se apunta y a quién, y en donde impacta, es algo que el Gobierno debería reconsiderar”, precisó.
Patetsos explicó que los nuevos inmigrantes requieren apoyo adicional para poder integrarse a la sociedad.
La respuesta del Partido Verde enfatizó que las nuevas medidas impactará en los jóvenes, las familias vulnerables y los nuevos inmigrantes.
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