En cualquier noche en Australia, poco más del cuatro por ciento de la población está albergada en una vivienda social.
Sin embargo, las viviendas públicas han albergado a muchas más personas durante períodos breves en la historia del país.
Se estima que un 10 por ciento de la población australiana ha tenido un hogar en una vivienda social en los últimos 20 años y a lo largo del período de la posguerra, cuando los australianos utilizaban las viviendas sociales de varias maneras.
¿Qué beneficios ofrece una vivienda social?
- Un lugar para criar una familia
- Un "trampolín" para ayudar a una familia a comprar una casa
- Una breve "red de seguridad" para escapar de la violencia doméstica
- Un hogar estable después de sufrir por no tener dónde vivir
El Instituto Australiano de Vivienda e Investigación Urbana (AHURI) ha publicado un importante estudio que sigue los pasos de las personas que tuvieron hogares en viviendas sociales desde el 2000 hasta el 2015.
El análisis, utilizando datos nacionales, proporciona ideas interesantes sobre cómo los australianos usan la vivienda social.
Muchos se imaginan que un inquilino "típico" de vivienda social incluye a grupos de madres solteras o ancianos que han vivido y criado a toda su familia allí, o tal vez a un hombre soltero desempleado.
Pero en Australia la vivienda social sirve a muchas otras personas de diferentes maneras.
¿Cómo las personas utilizan la vivienda social?
Según el informe, de todas las personas que han residido en viviendas sociales en los últimos 15 años, solo alrededor de un tercio se quedó a vivir allí toda su vida.
Una proporción sorprendentemente grande entró y salió del sector una o varias veces. Por lo tanto, la vivienda social representa diferentes valores para cada australiano.
El papel de la vivienda social depende mucho de lo que esté sucediendo en la vida de las personas. Cuando el estudio compara las características de todas las personas que fueron "inquilinos sociales" en algún momento durante los últimos 15 años, se encuentra que:
- El grupo que habitaba continuamente en viviendas sociales era generalmente mayor de edad (edad promedio de 60 años) y tenía más probabilidades de incluír mujeres que recibían la pensión por edad o discapacidad.
- Los que dejaron la vivienda social (y nunca regresaron) fueron el segundo grupo de mayor edad (edad promedio 50), también predominantemente femenino y beneficiarios del pago de desempleo y pagos por discapacidad
- El grupo que ingresó (y nunca abandonó) las viviendas sociales es único por su alta proporción de refugiados y otras personas nacidas en el extranjero. Este grupo comúnmente recibía el desempleo y pagos por discapacidad
- Más de una cuarta parte de inqulinos podrían describirse como más transitorios, involucrando múltiples entradas o salidas al sistema. Este grupo estaba compuesto por personas más jovenes, más propensas a haber nacido en Australia y más propensas a ser indígena, de acuerdo con el estudio.

La infraestructura de viviendas sociales de Australia ciertamente ha sido parte de la experiencia de muchos australianos o de sus padres.
Por lo tanto, es lamentable cuando se subestima su efectividad y uso social ya que sirve como trampolín para lograr una vida mejor que puede incluir la compra de una propiedad o una red de seguridad temporal.
Vale recordar que sólo el cuatro por ciento de los australianos actualmente tiene un hogar en una vivienda social, según el informe.
