La violencia provocó la indignación y llamados a la calma de la comunidad internacional. Turquía y Sudáfrica llamaron a consultas a sus embajadores en Israel, mientras Estados Unidos responsabilizó al grupo radical Hamas por la matanza de manifestantes palestinos a manos de Israel.
Varios países, entre ellos Reino Unido, Francia y Rusia reprobaron la apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén, cuyo traslado fue rechazado por 128 de los 193 países miembros de la ONU.
La dirigencia palestina denunció "una masacre" mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu defendió el uso de la fuerza porque "todo país tiene la obligación de defender su territorio", dijo en Twitter.
Entrevista al experto en política y conflictos internacionales, Mariano Aguirre.