El gobierno australiano ha reaccionado de manera expedita pero “cauta” ante la formalización del arresto de la periodista australiana, Cheng Lei en China, según explica el experto en seguridad internacional de la Universidad Charles Sturt, César Álvarez.
Luego de seis meses de ser detenida sin cargos, el Ministerio del Exterior chino anunció el lunes su arresto formal, por "proporcionar secretos de estado en el extranjero".
En respuesta, la ministra australiana de Relaciones Exteriores, Marise Payne, dijo que esperaba que “se cumplan los estándares básicos de justicia, equidad procesal y trato humano, de acuerdo con las normas internacionales”. Sin embargo, Payne no exigió su liberación.
Puntos destacados:
- Las negociaciones para la liberación de la periodista australiana podrían extenderse en el tiempo.
- En la detención de Cheng Lei hay una acusación indirecta y no dicha de “espionaje” que involucraría al gobierno de Australia.
- La situación en Myanmar pone los reflectores en la crisis de respeto a los derechos humanos de las minorías en ese país.
Paralelamente, la respuesta de Australia ante la detención del profesor Sean Turnell, asesor económico de la líder democrática de Myanmar, Aung San Suu Kyi, tras el golpe de estado de Myanmar, fue también rápida. Sin embargo, en ese caso, el gobierno australiano sí pidió la libertad del académico australiano.
La diferencia entre ambas posturas se debe al contexto en las relaciones bilaterales y de poder entre Australia y éstos países, explica Álvarez.
“Australia está tomando estos casos con mucha cautela, con mucho cuidado, porque hay demasiada información que todavía se desconoce”, señala.
“Esa postura cautelosa responde precisamente a que esto puede ser un proceso de largo plazo debido a la experiencia que se tiene de ciudadanos de otros países detenidos en China”.
Acusación indirecta de “espionaje” que involucraría al gobierno de Australia
Para Álvarez, es muy importante no perder de vista los cargos bajo los cuales la periodista australiana ha sido detenida formalmente, mismos que podrían indicar que “hay un supuesto acto de espionaje y provisión de información -por supuesto clasificada- a gobiernos extranjeros”.
Lo que no se dice directamente es que esa información podría haber sido provista a Australia.
Aunque esto no ha sido confirmado claramente por parte del gobierno chino, Álvarez considera que ese podría ser el motivo por el que el gobierno australiano está actuando con mucha prudencia en este caso.
“No es la primera vez que Australia se enfrentan a una situación de éstas”, señala.
“Hay que recordar el terrible caso de la profesora australiana de la Universidad de Melbourne que estuvo detenida en Irán y fue liberada apenas en noviembre del año pasado. Eso implica que esta experiencia les lleva a tomar estos casos con mucha cautela, con mucho cuidado, porque hay mucha información que todavía se desconoce”.
“Diplomacia de rehenes”
Ante la respuesta del gobierno australiano por el bienestar de la periodista, China aseguró que los derechos de Cheng Lei están "plenamente garantizados" y pidió a Australia “dejar de interferir” en asunto.
Para Álvarez esto es una táctica de “diplomacia de rehenes” (hostage diplomacy).
“Esto es algo que el gobierno chino ha venido utilizando, aunque no muy frecuentemente, pero sí en casos muy importantes, desde ya hace varias décadas”.
Entre los casos mencionados por el analista, se encuentra el caso de los canadienses Michael Kovrig y Michael Spavor, detenidos en China desde el 2018 y acusados de espionaje. Su detención ocurrió a pocos días de que Canadá arrestara a la directora financiera de Huawei, el gigante tecnológico de China, tras una solicitud de extradición de Estados Unidos.
Diferencias con la detención en Myanmar
La detención del economista australiano Sean Turnell en Myanmar también aumenta la tensión de las relaciones diplomáticas de Australia con ese país, además de otros de la región Asia-Pacífico.
De acuerdo con Álvarez, el marco en el que se da la detención del asesor en materia socioeconómica de Suu Kyi obliga a Australia a actuar con mucha estrategia.
Más allá de la necesidad de Australia de actuar en defensa de los derechos humanos y la democracia, la larga data y complejidad de la crisis política en Myanmar se complica aún más por los crímenes cometidos en ese país contra minorías, como el pueblo Rohingya.
En este sentido, el experto en seguridad afirma que las acciones que Australia emprenda serán además movimientos claves que redefinirán las relaciones geopolíticas de la región Asia-Pacifico, particularmente en un ambiente de crispación entre los gobiernos de Australia y China.
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