Las autoridades de inmigración de Papúa Nueva Guinea han dicho que si los refugiados y solicitantes de asilo no desalojan el centro de detención en la isla Manus voluntariamente en los próximos dos días, tendrán que utilizar la fuerza para expulsarlos.
Alrededor de 600 hombres aún permanecen en las instalaciones del centro de detención, más de una semana después de ser oficialmente clausurado.
Los detenidos dicen que las vallas alrededor del complejo están siendo demolidas y que temen por el futuro de sus vidas.
Imágenes del grupo de lobby GetUp muestran las condiciones en las que viven los hombres; sin instalaciones para bañarse, ni agua para limpiar los baños, sin electricidad, y también muestran como algunos hombres duermen en la intemperie para escapar del calor y las condiciones de vida apretujadas.
La co-directora de derechos humanos de GetUp, Shen Narayanasami visitó Manus y dice que la situación ha alcanzado un grado crítico.
"Lo que hemos visto es una catástrofe humanitaria. Una situación en la que la gente morirá o se enfermará gravemente en unos días”, informaba la co-directora de derechos humanos de GetUp, Shen Narayanasami.
“Fue horrible: el calor es opresivo, la gente estaba viviendo en contenedores de carga marítima, había partes en el centro donde el sistema de alcantarillado desbordó, no había agua o luz, no había comida, la gente parecía aletargada, las personas no tenían medicamentos y muchos sufren enfermedades crónicas", dijo.
Mientras tanto el gobierno insiste en que no hay razón para que los hombres sigan viviendo en esas instalaciones y que existe un nuevo sitio donde se pueden trasladar, cerca del municipio principal de Lorengau.
Pero la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados dice que gran parte de las nuevas viviendas aún están en construcción.
En respuesta, el ministro del gabinete Christopher Pyne acusó a las naciones unidas de estar equivocada y ofreció las siguientes declaraciones durante una entrevista en canal 9.
"Esas personas podrían mudarse al este y oeste de Lorengau, Hillside House, Nauru, Estados Unidos, o volver a sus países, como lo han hecho muchos otros. El gobierno de Papúa Nueva Guinea ha cerrado el centro en la Isla Manus y esas personas que aún permanecen en las instalaciones, están allí ilegalmente”, manifestaba Pyne.
También ha calificado a los 580 hombres que se rehúsan a desalojar el centro de detención de “squatters” u “ocupantes ilegales”.
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