"El Gobierno australiano recibió confirmación de que todos los hombres que anteriormente se rehusaban a abandonar el antiguo centro de tramitación regional de la isla Manus han sido trasladados a los alojamientos alternativos", dijo en un comunicado el ministro australiano de Inmigración, Peter Dutton.
La Policía y funcionarios de Inmigración ingresaron al centro de Manus, que fue clausurado en virtud de un fallo del Tribunal Supremo en 2016 que lo declaró ilegal, por segundo día consecutivo en el marco de un operativo en el que se ha denunciado el uso de la fuerza.
La organización GetUp! Difundió imágenes de vídeos que muestra a la Policía local golpeando y amenazando a los refugiados con barras de metal,
Los últimos 328 hombres que ocupaban el centro sin agua, comida, servicios básicos ni atención médica y que fueron trasladados a los nuevos lugares de acogida, a donde se rehusaban ir por considerarlos otra forma de prisión y donde temen ser atacados por los lugareños.
Pero el gobierno australiano insiste en que las nuevas instalaciones están funcionando adecuadamente.
El primer ministro Malcolm Turnbull reiteró esa garantía.
"Las personas en Manus deben ir a los lugares alternativos, las instalaciones son seguras y tienen todo lo que necesitan. Deben hacerlo pacíficamente y deben hacerlo de acuerdo a las leyes de Papúa Nueva Guinea," manifestó.
Pero los defensores de los refugiados insisten en que las nuevas instalaciones para alojar a los hombres no están listas.
El presidente ejecutivo de World Vision, Tim Costello, dijo a Sky News que formuló esa opinión en base a sus propias observaciones.
"No está listo. No tiene los servicios y todo lo que hace falta para albergar a personas que han sufrido experiencias traumáticas”, dijo Tim Costello.
El director general de la organización STARTTS en Nueva Gales del sur, Jorge Arocha, opina que las inquietudes de los solicitantes de asilo respecto al tema de su seguridad, son válidas.
En entrevista con SBS Jorge Arocha explica por qué el futuro de los refugiados en Papúa Nueva Guinea es frágil.