Los gobiernos estatales en Australia están tratando de buscar una forma conjunta de perseguir de manera eficaz a los conductores que usan teléfonos móviles.
Sólo en el estado de Victoria, las multas aumentaron un 13 por ciento el año pasado. Ahí, la policía quiere mayores poderes de actuación como los recientemente introducidos en Nueva Gales del Sur.
Según explica el comisionado Asistente de Victoria, Doug Fryer,
"Parte del comportamiento que hemos visto ha sido alucinante. Gente que se hace selfies con niños en el asiento trasero, conductores viendo películas y otros respondiendo a aplicaciones en redes sociales."
Según explica Fryer, el año pasado se dieron 30 mil avisos de infracción por estos motivos sólo en Victoria. "Es triste decir que esto supone sólo una gota en el océano. Se han realizado encuestas recientes a nivel nacional que muestran que en los últimos 12 meses el 60% de los conductores admiten levantar su teléfono mientras conducen”, dijo el comisionado.
Se están probando cámaras de alta tecnología de luz roja que pueden fotografiar desde arriba a los conductores y ver si están escribiendo textos en el teléfono.
Pero incluso con las nuevas tecnologías disponibles para la detección de infracciones, la policía de Victoria lo tiene difícil, ya que actualmente, no tienen el poder de detener al conductor registrado en el automóvil como responsable del uso indebido del teléfono móvil que se pueda captar por la cámara, a diferencia de sus contrapartes en Nueva Gales del Sur, donde recientemente se cambiaron las leyes de seguridad vial.
Los cambios pusieron las infracciones de la telefonía móvil al mismo nivel que otras infracciones de tráfico detectadas por la cámara, donde la multa se envía al propietario del vehículo.
La ministra de carreteras de NSW, Melinda Pavey, en declaraciones al Sydney Morning Herlad, comparó la decisión de permitir que las cámaras detecten el uso ilegal de teléfonos, con la decisión "revolucionaria" del año 1982 de introducir la tecnología que permite detectar en el aliento de los conductores el consumo de alcohol. Esta entonces novedosa tecnología, redujo los accidentes mortales en un 48 por ciento.
Entre 2012 y 2017, 184 accidentes implicaron el uso ilegal de teléfonos móviles y resultaron en siete muertes y 105 heridos.
Según explica la directora de seguridad vial de NRMA, Dimitra Vlahamitros,
"Más de 1.200 personas han perdido la vida durante el año pasado en las carreteras de Australia y tenemos que considerar cualquier medida para reducir esa cantidad. Es inaceptable."
Vlahamitros acoge con entusiasmo estos cambios ya que según revela un informe reciente de NRMA uno de cada cinco automovilistas había estado muy cerca de tener un accidente porque el otro conductor estaba usando un móvil.
"La gente necesita ser multada. Necesitan saber que están haciendo lo incorrecto y que deben ser penalizados. Las multas están ahí, son muy duras y solo deben aplicarse de la mejor manera posible.", opina Vlahamitros.
Sin embargo, el activista de seguridad vial Norm Robinson, quien perdió a su hijo Luke en un accidente de tránsito, teme que esas fuertes multas simplemente no funcionen.
“Yo apoyaría un sistema en el que se le confisque el teléfono a la gente por un periodo de siete días", dijo.
Él espera que la inconveniencia de perder el teléfono durante una semana funcione como un impedimento más para un comportamiento potencialmente mortal.
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