Décadas después aún quedan muchas preguntas sobre la participación de Australia en los hechos que desencadenaron el golpe de Estado que instauró una dictadura militar en Chile durante 17 años.
Se cree que agentes de los servicios de inteligencia australiana ayudaron a la CIA estadounidense a socavar la estabilidad del gobierno socialista de Allende, democráticamente elegido, aunque ningún documento ha sido desclasificado.
El exprimer ministro australiano Gough Whitlam dijo en 1977 al Parlamento australiano que el personal de los servicios secretos australianos actuaron como representantes de la CIA en la desestabilización del gobierno de Chile.
Otra de las preocupaciones de muchos activistas chilenos en Australia rondan en torno a la acogida que dio el país oceánico a los violadores de los derechos humanos, que se cree son al menos siete, aunque el número podría superar las decenas.
Lo que sí se sabe es que está en Sídney, Adriana Rivas, secretaria de Manuel Contreras, quien fuera jefe de la dirección de Inteligencia Nacional, la DINA y también antigua militante de la brigada Lautaro, un grupo de exterminio adscrito al servicio de inteligencia y bajo las órdenes directas de Pinochet. Chile ha pedido a Australia la extradición de Rivas en relación a la desaparición y muerte de un líder comunista en 1977, entre otros delitos.
Sobre el golpe de Pinochet hace 43 años y el papel de Australia nos habla el exiliado chileno Gustavo Martin Montenegro autor de varios libros como Historia de la Inmigración Chilena en Australia y Solidaridad con Chile.
El activista residente en Camberra, quien trabajara como director de comunicaciones del Ministerio de Agricultura durante el Gobierno de Allende en Temuco, fue detenido días después del golpe de Pinochet , tal y como nos relata en la conversación sostenida para el programa Vitamina L de Radio SBS.