Eso fue lo que ocurrió con los dos policías que detuvieron inadvertidamente y por cosas del destino, al narcotraficante más buscado del mundo.
Fue en 2015 cuando El Chapo fue capturado, en lo que fue un acto de suerte ya que quienes lo detuvieron no lo estaban buscando.
Ese día, fuerzas especiales irrumpieron en la casa de El Chapo con la esperanza de capturar al criminal que se había escapado de la cárcel apenas unos meses antes. A pesar de este operativo, el narcotraficante volvió a escapar de las garras de la fuerza pública a través de unos túneles que había construido bajo su casa y que conducían a un automóvil de fuga.
Pero en realidad, fue la policía de carreteras la que acabó deteniendo a El Chapo por exceso de velocidad, capturando sin querer al hombre más buscado del mundo. Se les dio instrucciones de ir a un hotel cercano y esperar a los refuerzos, que llegaron 20 minutos después.
¿Pero qué ocurrió en esos momentos a solas con El Chapo? Es algo que los académicos de derecho y, ahora dramaturgos, Luis Gómez Romero y Desmond Manderson, han querido explorar en su nueva producción con la compañía de teatro en Canberra ‘The Street’, Veinte minutos con el diablo (Twenty Minutes With The Devil).
Luis Gómez Romero se incorporó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Wollongong en junio de 2013. Ha impartido clases en las áreas de jurisprudencia, derecho constitucional, derecho internacional, investigación jurídica y derechos humanos en varias universidades de México, España, Colombia, Canadá y Australia. También es miembro del Centro de Investigación Intersecciones Jurídicas.
Luis ejerció la abogacía en México, donde alcanzó varios años de experiencia en litigios, consultoría e investigación jurídica y política. Fue asesor político de alto nivel del gobierno de transición del presidente mexicano Vicente Fox.
Tanto Gómez Romero como Manderson han dedicado sus carreras al ámbito del derecho y la cultura, y ambos trabajan en la Universidad de Wollongong y la Universidad Nacional de Australia, respectivamente. Además, Gómez Romero también aporta su experiencia y conocimientos personales, ya que nació y creció en México.
Así que, aparte de no haber constancia de lo que realmente ocurrió en esos 20 minutos, al alejarse de un relato de inspiración histórica sobre la captura de El Chapo, Gómez Romero y Manderson pudieron utilizar sus conocimientos para hacer de ‘veinte minutos con el diablo’ una metáfora de los problemas del mundo moderno, en particular la distancia entre la ley y la justicia.
Entrevistado: Luis Gomez Romero, coautor de esta obra de teatro que se ha tenido que posponer hasta el mes de noviembre, debido a la pandemia.
