Puntos destacados:
- La sobreviviente de Hiroshima, Tess McKenzie, pide el fin de las armas de destrucción en el 80 aniversario del bombardeo.
- Tess tenía sólo 16 años cuando se vio envuelta en completa oscuridad.
- El bombardeo atómico de Hiroshima fue uno de los actos finales y más drásticos de la Segunda Guerra Mundial.
Puede que hayan pasado 80 años desde que la bomba atómica cayó sobre la ciudad japonesa de Hiroshima, pero para Tetsuko, conocida como Tess McKenzie, los recuerdos permanecen intactos.
De repente, en mis ojos las luces se encendieron y dije: "Oh, ¿qué es eso? ¿Qué es eso?" Y luego, escucho un sonido tremendo.
Cuando era adolescente, la Sra. McKenzie se dirigía a Hiroshima en tren para ver una película con una amiga, cuando cayó la bomba. Era el 6 de agosto de 1945.
"Le dije a mi amiga: '¿qué es esa cosa blanca?' Y luego observándolo, veo que poco a poco, va creciendo y subiendo como un hongo".
Desde la plataforma, las jóvenes solo podían ponerse de pie y observar cómo la nube se formaba sobre Hiroshima. Acababan de perder un tren, ¡un hecho que sin duda les salvó la vida!
"Oh, sí. Si tomoba ese tren, hubiera estado en el centro de Hiroshima. Por eso, tuvimos mucha suerte y bendiciones".
Al menos 140 mil personas murieron en la explosión de la primera bomba. Una segunda bomba lanzada en Nagasaki días después aumentó el número de víctimas. Incluso ahora, la Sra. McKenzie todavía no puede creer que se haya salvado.
"Empecé a creer en Dios. E incluso en estos días doy gracias a Dios cuando me levanto por la mañana, y luego antes de irme a dormir. Gracias, Dios".
No fue su único contacto con la muerte. Durante la guerra, la ciudad natal de la familia fue arrasada por las bombas de los países aliados. La Sra. McKenzie recuerda vívidamente la destrucción.
"Mi ciudad de Kure fue incendiada. Teníamos bombas por la noche y quemaba todo y luego no había nada, no quedaba nada"
La Sra. MMcKenzie se enorgullece de compartir su extraordinaria historia y también de recordar su trabajo de posguerra con las fuerzas aliadas, donde conoció a un soldado australiano, el cabo Ray Marry Maquenzy , ¡su futuro esposo!
"Simplemente pensé: 'Oh, es guapo'. Era guapo. Nunca me arrepiento. Nunca me arrepiento. Es un hombre muy agradable y bueno".
Su amor cambiaría el curso de su vida. Al casarse en 1952, la pareja hizo de Melbourne su hogar durante un clima de prejuicio de posguerra contra las "novias de guerra" japonesas.
"A algunas personas no les gustaba ver a una mujer japonesa con soldados”.
Pero conoció a una amorosa familia australiana que la ayudó a prosperar en la nueva tierra en la que ha mantenido una vida larga y saludable.
“Creo que comunicarte siempre con la gente es lo que te mantiene joven”.
"Y quiero asegurarme de que el mundo no olvide nunca lo que pasó".
Residente desde hace mucho tiempo en Melbourne, la Sra. McKenzie vive rodeada de toda su familia. Su nieta Eri Ibuki es una de las personas que agradece su compañía.
"Estamos todos muy orgullosos de que Nana haya sobrevivido al atentado de Hiroshima. Es una persona muy fuerte y resiliente".
Su bisnieta Talia Pint tiene previsto visitar Hiroshima el año que viene para obtener más información sobre el día que cambió la historia de Japón.
"Realmente espero que podamos aprender la lección, porque nuestra abuela ha sufrido muchas cosas y eso la ha convertido en la persona que es hoy. Solo espero que podamos aprender de los errores".
Muchos jóvenes estudiantes japoneses visitan a la Sra. McKenzie, algunos de ellos presentados por Masafumi Takaashi, de la Asociación de Nuevos Ancianos de Melbourne, un grupo comunitario que tiene como objetivo prevenir el aislamiento social.
"Sus historias y las experiencias son preciosas y únicas. Y también siento la responsabilidad de transmitir lo que pasó antes, a todas las generaciones más jóvenes".
A medida que aumentan las tensiones nucleares en algunas partes del mundo, el costo humano de la Segunda Guerra Mundial sigue acechando a la Sra. McKenzie.
"Cuando me enteré de que la guerra había terminado, estaba feliz. Al mismo tiempo, muchas personas perdieron la vida. ¿Para qué sirvió todo eso? «
En medio de los actuales conflictos mundiales, ella tiene esta advertencia.
"¿Por qué hacer cosas para destruir a la gente? Nunca termina, nunca termina. Es muy triste. Honestamente".