Con alrededor de 760,000 personas en la nómina, el DSP es uno de los pagos de asistencia social más grandes y más caros, que le cuesta a la Mancomunidad $16.3 mil millones al año.
Pero en la última década, ha habido una gran caída en el número de nuevos receptores, desde un máximo de 89,000 a menos de 32,000 en el último año fiscal.
De acuerdo con la Oficina de Presupuesto Parlamentario (PBO), si esa tendencia continúa, el Gobierno Federal podría ahorrar $4.8 mil millones en los próximos 10 años.
El PBO atribuye el declive a la revisión anterior del gobierno laborista, de los criterios de elegibilidad y la nueva evaluación de la capacidad laboral en 2012, que evalúa si la persona puede realizar algún trabajo en lugar de simplemente revisar su diagnóstico médico.
Esto resultó en un "quiebre estructural" que, junto con los cambios de la Coalición a las evaluaciones de los médicos, hizo que sea mucho más difícil de calificar.
Bajo estos cambios, una persona debe demostrar que tiene una discapacidad permanente que le impide trabajar más de 15 horas a la semana.
Estos datos eliminarán parte del argumento del Partido Laborista de que los cambios de la Coalición en el DSP han sido "crueles". Pero también socavan las afirmaciones de la Coalición de que las políticas laboristas fueron fiscalmente imprudentes.
Si bien el cambio generacional y el mercado de trabajo tienen un gran impacto en la tasa de aplicaciones de bienestar, este informe deja en claro que los cambios de política han impulsado la disminución masiva de los destinatarios de DSP.
Durante el apogeo de la Crisis financiera mundial, el número de personas que se movieron hacia el DSP alcanzó un máximo de casi 90,000, pero desde que los cambios laborales entraron en vigencia en 2012, ese número ha disminuido considerablemente.
Pero aquellos que no califiquen probablemente terminen en la asignación de Newstart mucho más baja, que vale aproximadamente $540 por quincena en comparación con el DSP, que paga $815 por quincena.
Discapacidades psicológicas crecientes
La mayoría de las personas en el DSP tienen entre 40 y 60 años de edad y tienden a permanecer en el pago hasta que tengan la edad suficiente para la pensión o fallezcan. Muy pocos son cancelados por no cumplir con los criterios.
Alrededor de 70,000 personas en el DSP tienen su elegibilidad revisada cada año y de esas, solo el 5 por ciento son retiradas del pago.
Muchas mujeres pasaron al DSP a mediados de la década del 2000, porque un aumento en la edad de jubilación significaba que no podían calificar para la pensión de vejez, mientras que hubo un gran aumento en el número de hombres en los 50s con discapacidad física ( a menudo como resultado de su trabajo).
Pero a medida que la generación del “baby boom” envejece, ese grupo demográfico está cambiando.
Cada vez más personas que se trasladan al DSP son hombres, menores de 40 años, que sufren un deterioro psicológico.
Dado que la mayoría de la gente permanece en el pago hasta cerca de los 60 años, el informe señala que esta "dinámica cambiante" podría crear problemas presupuestarios a más largo plazo.
"Este cambio estructural contribuirá al crecimiento en el gasto de DSP en el largo plazo, ya que el número total de receptores seguirá siendo mayor de lo que habría sido el caso", concluye el informe.
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