Puntos destacados:
- El equipo femenino hispano de baloncesto en Melbourne, Andinas, nació como una convocatoria espontánea y se transformó en un equipo formal que compite en ligas locales y organiza encuentros abiertos cada semana.
- El grupo ofrece a mujeres migrantes un espacio seguro para conectarse, cuidarse y fortalecer su salud física y mental a través del juego colectivo.
- La iniciativa está dirigida por un equipo de voluntarios, muchos de los cuales jugaron al baloncesto en Colombia. Entre ellos se encuentra Camilo Velandia, antiguo miembro de la selección nacional colombiana, que ahora ejerce como entrenador de Andinas.
En una ciudad tan multicultural como Melbourne, encontrar puntos de encuentro auténticos puede ser difícil. Pero un grupo de mujeres latinas decidió cambiar eso a través del baloncesto.
Así nació Andinas, un equipo femenino hispano de baloncesto. Una iniciativa que ha crecido más allá de las canchas para convertirse en una red de apoyo, amistad y empoderamiento.
Todo comenzó con una simple publicación en Facebook. Ximena Echeverry, colombiana, exjugadora de baloncesto y recién llegada a Australia, sentía que la rutina de trabajar y estudiar le había arrebatado algo fundamental: el juego. “Me puse a preguntar en todos los grupos de colombianos y colombianas si había un equipo. Me llevé la sorpresa de que no existía. Así que decidí empezar uno”, recuerda.
Lo que comenzó con cuatro jugadoras fue creciendo semana a semana. Hoy, Andinas compite en una liga local y organiza encuentros abiertos los domingos en el Oakleigh Recreation Centre, donde se mezclan acentos, edades y niveles de experiencia.
Las sesiones están abiertas a todas las personas, sin importar el idioma, el género o si nunca han tocado una pelota.
Jesica Cubillos, otra de las integrantes y organizadoras, destaca que la experiencia migratoria suele estar llena de desafíos, y que el deporte se ha convertido en una herramienta poderosa de adaptación.
Nuestro objetivo es ofrecer un espacio donde la comunidad pueda reunirse, mantenerse activa y experimentar los beneficios mentales y físicos del deporte.Jesica Cubillos, jugadora de Andinas.
Verónica Gómez, también jugadora, lo resume sin rodeos: “Andinas se ha vuelto como una familia. No sólo somos un equipo en la cancha; fuera de ella también estamos ahí las unas para las otras.”
La organización del equipo es completamente voluntaria. Cada integrante aporta su “granito de arena”, desde la gestión de redes sociales hasta la reserva de canchas o la búsqueda de patrocinios.

Las jugadoras de Andinas entrenan bajo la guía de Camilo Velandia, exjugador de la selección colombiana.
Además de competir, las Andinas sueñan con seguir creciendo, fomentar la participación de mujeres que dejaron de jugar por falta de tiempo o confianza, y crear una red que conecte a equipos hispanos en otras ciudades de Australia.
Ya han recibido mensajes desde Sídney de mujeres que quieren replicar la experiencia.
“Este equipo es mi ‘highlight’ de la semana”, dice Verónica. “Empezar el lunes sabiendo que el domingo se juega, te cambia el ánimo por completo.”
El equipo está abierto a nuevas integrantes. Lo único que se necesita es ganas de jugar. Lo demás se aprende en la cancha… y en comunidad.
Para escuchar la entrevista con las jugadoras de Andinas, pulsa el botón de reproducción de audio que aparece al inicio de esta página.