Puntos destacados:
- De los 55 mil fallecimientos anuales en la región, el 21 por ciento ocurre en mujeres menores de 50 años.
- El cáncer de mama no sólo revela brechas sanitarias, sino también desigualdades sociales, culturales y económicas en Latinoamérica.
- Argentina lidera en incidencia de cáncer de mama con 675 casos por cada 100.000 mujeres, mientras que Uruguay encabeza la mortalidad.
Cada octubre, América Latina se tiñe de rosa. Campañas, caminatas, promesas. Pero detrás del color, hay una realidad que no se maquilla: el cáncer de mama sigue siendo la principal causa de muerte por cáncer entre mujeres en la región.
Anualmente, más de 200 mil mujeres son diagnosticadas con esta enfermedad en América Latina y el Caribe, con cerca de 55 mil muertes cada año, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer.
La región convive con dos realidades: países que han logrado avances gracias a sistemas sólidos y voluntad política, y otros que enfrentan obstáculos estructurales que invisibilizan la enfermedad.
De los 55 mil fallecimientos anuales en la región, el 21por ciento ocurre en mujeres menores de 50 años. Además, el 31 por ciento de los casos en Latinoamérica afecta a mujeres antes de cumplir los 50 años, lo que sugiere una carga prematura de la enfermedad en contextos de menor acceso a diagnóstico temprano y tratamiento efectivo.
Un estudio en Chile demostró que menos de la mitad de las mujeres se realiza mamografías anuales.
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El cáncer de mama no sólo revela brechas sanitarias, sino también desigualdades sociales, culturales y económicas en Latinoamérica.
Argentina lidera en incidencia de cáncer de mama con 675 casos por cada 100.000 mujeres, mientras que Uruguay encabeza la mortalidad. Por su parte, Colombia, Perú y Ecuador presentan tasas medias, pero con desafíos en cobertura territorial. En tanto, Costa Rica ha logrado reducir la mortalidad gracias a su sistema de atención primaria y campañas comunitarias. Uruguay cuenta con un registro nacional desde 1990 y protocolos estandarizados. Chile ofrece mamografías gratuitas y ha desarrollado una red de atención oncológica que permite diagnósticos más precisos.
Por su parte, México carece de una ley general de cáncer y de un registro poblacional completo. Haití no tiene registro nacional ni infraestructura oncológica suficiente, lo que se traduce en una de las tasas de mortalidad más altas por caso diagnosticado.
Según la OPS, Haití, Honduras y Nicaragua reportan tasas bajas de cáncer de mama, pero advierte que esto se debe al subregistro de casos y no a menor prevalencia.
Mientras tanto, la copresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, acaba de confirmar sin detalles que su país participará en ensayos clínicos de vacunas contra el cáncer desarrollados por Rusia.
Además, el cáncer de mama afecta principalmente a mujeres en edad productiva, lo que genera consecuencias económicas y emocionales profundas. Pero, en comunidades indígenas y rurales, persisten barreras culturales, estigmas y desinformación que dificultan la detección temprana.
Aunque el cáncer de mama se asocia mayoritariamente con mujeres, cada año cientos de hombres latinoamericanos son diagnosticados con esta enfermedad, muchas veces en etapas avanzadas.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el cáncer de mama en hombres representa entre el 0.5% y el 1% de todos los casos en América Latina y el Caribe.