La historia del nadador Paco Martínez es una historia de superación. Valiente como pocos, este mexicano se ha propuesto encarar la vida con optimismo a pesar de los obstáculos a los que se enfrenta a diario. Paco nació con una discapacidad, no tiene brazos.
A los 14 años ya nadaba en alto rendimiento, pero decidió abandonar su pasión para centrarse en sus estudios. Seis años después y cuando se encontraba estudiando ingeniería en software, recibió una llamada de un entrenador norteamericano que le propuso regresar al alto rendimiento y representar a su país, a cambio se le proporcionaría una casa, un coche automático y los vuelos a Oregón.
Tres meses después de duros entrenamientos, México le llevó a un campeonato nacional en su país y Paco fue campeón nacional en dos de sus pruebas fuertes, el 50 libre y el 50 mariposa. A partir de ahí México le ofrece entrar a una villa olímpica de alto rendimiento para seguir entrenando. En 2019, este mexicano, logra cinco oros en la paralimpiada nacional. Tras ello, se presenta la posibilidad de competir en Melbourne, en las series paralímpicas mundiales, de esa manera lograría la clasificación necesaria para, a partir de junio, luchar por los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
OBSTÁCULOS INESPERADOS
En el último momento México no pudo mandarle un asistente, tuvo el apoyo de la federación sólo para él y teniendo en cuenta su condición física y los obstáculos a los que se tendría que enfrentar, su viaje ha resultado ser toda una hazaña. Paco es independiente en el sentido en que puede sobrevivir, puede cambiarse, comprar..; sin embargo necesita ayuda para colocarse el bañador de competición, las gafas o el gorro.
"He conocido a una persona que vive aquí en Melbourne, me ha traído pasta de dientes y me ha lavado la ropa que traía, porque solamente traje cuatro playeras por el hecho de que no puedo viajar con maleta. Sólo viajo con una bolsa deportiva pequeña encima, porque es lo que yo puedo llevar encima, no puedo arrastrar una maleta con ruedas"

Source: Paco Martínez
PROCESO DE ADAPTACIÓN
Paco nació sin brazos y admite que su proceso ha ido poco a poco y lo que puede hacer hoy en día no lo hacía hace un año. Si México le hubiera dicho hace un año de venir a Australia, no habría podido, asegura. Su último año ha sido clave en su evolución, ha vivido sólo y ha aprendido a desenvolverse en su día a día.
"Mis piernas las puedo mover como si fueran un par de manos. Puedo mover mis dedos incluso si yo lanzo una moneda al aire puedo cogerla con los pies. Una buena elasticidad es clave. Si hay algo que quiera agarrar y está muy arriba puedo estirar mis piernas más arriba de mi cabeza para alcanzarlo".
UNA PERSONA DEPENDIENTE
Paco no siente pena al pedir ayuda de forma constante porque asegura que es consciente de que la necesita. La mayoría, admite, le echa una mano, aunque intenta ser lo más independiente posible y la ayuda que necesita es mínima: como que le suban un poco el pantalón cuando se viste o que le abrochen los botones de una camisa.
"Nos quejamos de cosas muy pequeñas, cuando hay muchos que no lo pueden hacer. Agarrar una cuchara, comer por sí mismo, ponerse un pantalón, agarrar un sándwich y acercártelo a la boca ... son cosas que no puede hacer. Ser independiente es algo mental. Si puedes jugar a basquetbol, hazlo, hay muchas personas que no podemos hacerlo. Si puedes trepar a la montaña, ve y hazlo, hay muchas personas que no pueden hacerlo"
Paco Martínez llegó sólo a Melbourne, pero regresó a México, seguro, con varios amigos. La autora de estas líneas, comprobó en persona el cariño de la comunidad latina que quiso acompañar a Paco en su odisea australiana.
Escucha la entrevista más arriba
Para escuchar más historias de SBS en español, visita :





