Si el detonante del conflicto fue el aumento de la tarifa del metro, con el correr de las horas las protestas se hicieron eco de otras reivindicaciones en una sociedad que incuba desde hace años descontento con un modelo económico cuyo acceso a la salud y a la educación es prácticamente privado, con una alta desigualdad social, bajas pensiones y alza de los servicios básicos.
El gobierno ha condenado las protestas violentas y ha llamado a la calma pero el presidente Sebastián Piñera, que hasta hace pocos días se refería a su país como un "oasis" de tranquilidad, afirmó la noche del domingo que el país se encontraba "en guerra contra un enemigo poderoso".
En el centro de Santiago se observa gran presencia militar y policial. Algunas tiendas -las más pequeñas- abrieron sus puertas, pero la mayoría de los supermercados y centros comerciales permanecían cerrados o abrían parcialmente.
La violencia de las protestas tiene a muchos perplejos, con miedo, aunque también expectantes de los cambios que se pueden venir tras el estallido.
Entrevistados: Diputado Pablo Vidal, Senador Alejandro Navarro y el académico Dino Pancani.