Sinopsis:
Rusia aseguró el miércoles que frustró una tentativa de asesinar al presidente Vladimir Putin con drones enviados por Ucrania, que negó cualquier implicación en ese hecho y reportó un bombardeo "masivo" ruso, con numerosas víctimas, en la región de Jersón.
"Anoche, el régimen de Kiev intentó golpear al Kremlin", en el centro de Moscú, con dos drones que quedaron "fuera de servicio" gracias a "sistemas de radar de guerra electrónica", indicó la Presidencia rusa.
"Consideramos esas acciones como un intento de acción terrorista y un atentado contra la vida del presidente", afirmó el Kremlin, añadiendo que "Rusia se reserva el derecho de tomar medidas de represalia donde y cuando lo considere apropiado".
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Por la nohe, la justicia rusa anunció la apertura de una investigación por "terrorismo en relación con una tentativa de atacar la residencia del Presidente de Rusia en el Kremlin".
El expresidente ruso, Dmitri Medvedev, abogó por la "eliminación física" del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Zelenski, por su parte, negó la implicación de su país en lo que sería el más espectacular de los ataques atribuidos a Kiev en territorio ruso desde el inicio de la intervención de las tropas de Moscú en Ucrania, en febrero de 2022.
"No hemos atacado a Putin", declaró Zelenski desde Helsinki, la capital de Finlandia, tras participar como invitado en una cumbre de cinco países nórdicos.
Atacar al presidente ruso "será una tarea de los tribunales. Nosotros luchamos en nuestro territorio, estamos defendiendo nuestras aldeas y ciudades", agregó.
Estados Unidos se mostró prudente sobre las denuncias rusas.
"Vi la información. No puedo validarla, no lo sabemos", dijo el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken. "Tomaría cualquier cosa que salga del Kremlin con mucho cuidado", agregó.
Las acusaciones rusas se producen después de varios actos de sabotaje y de ataques con drones en los últimos días contra zonas de Rusia próximas a la frontera ucraniana.
Algunos drones se han estrellado en los últimos meses en la región de Moscú, pero esta es la primera vez que una incursión atribuida a Ucrania se produce en el corazón de la capital rusa, situada a unos 500 km de la frontera con la exrepública soviética.
Estos ataques tienen lugar en momentos en que Kiev asegura que está culminando los preparativos de una contraofensiva para reconquistar los territorios ocupados por Rusia en el este y el sur del país.