Puntos destacados:
- Sofía vivía en una casa compartida en Queens Park, donde fue grabada sin saberlo por su compañero de vivienda mediante cámaras ocultas en el baño y en su habitación.
- La policía encontró más de 30 grabaciones de mujeres desnudas en la ducha y el baño; una carpeta contenía al menos nueve videos de Sofía.
- El acusado, Luis Alberto Cancino Mena, se declaró culpable de tres cargos por grabaciones no consentidas a tres mujeres.
- La policía confiscó su pasaporte y lo consideró un riesgo de fuga, pero posteriormente fue liberado tras pagar una fianza de 5.000 dólares.
En Australia, grabar a una persona en momentos íntimos sin su consentimiento es un delito grave que puede acarrear hasta tres años de prisión. Pero cuando la víctima convive con el agresor, la vulneración de la intimidad cobra una dimensión aún más profunda.
Es el caso de Sofía, (omite el apellido por razones de privacidad), una joven argentina que llegó a Australia en 2022 con una visa Work and Holiday, con el objetivo de mejorar su inglés, trabajar y vivir una experiencia en el extranjero. Lo que no imaginaba era que acabaría denunciando a su compañero de casa por haberla grabado en secreto mientras se duchaba.
“Vine a Australia porque mi hermano estaba acá. Me contaba que se podía ahorrar dinero y también me interesaba mejorar mi inglés, viajar, tener la experiencia… Nunca había vivido fuera de Argentina”, cuenta Sofía a SBS Spanish.
Durante su primer año en el país, Sofía vivió en Byron Bay, donde aprendió sobre el tipo de trabajos habituales para personas con visas temporales. Luego se trasladó a Sídney, donde en octubre de 2024 se mudó a una casa compartida en Queens Park. El alquiler se pagaba directamente a la dueña de la casa, y las habitaciones se ocupaban y desocupaban con frecuencia.
“Una amiga me pasó el contacto de la habitación. Me dijo que era una casa tranquila, que vivían chicos respetuosos. En ese momento, Luis no estaba, su amigo ocupaba la habitación. Así que la persona que me recomendó el lugar nunca lo conoció”, recuerda.
Luis Alberto Cancino Mena, un ciudadano chileno de 39 años con visa temporal, era uno de los inquilinos de la casa. Viajaba con frecuencia y no siempre estaba presente, pero cuando coincidían, Sofía lo describe como alguien aparentemente amable.
Era muy atento, una vez que estuve enferma me compró medicamentos. Me ayudó con contactos de trabajo. Pero por otro lado, me miraba de una forma que me hacía sentir incómoda. A veces hacía comentarios de índole sexual. Nada muy raro, pero sí que me molestaban.Sofía
El hallazgo de las cámaras
Según describen los documentos de la investigación revisados por SBS Spanish, el 9 de febrero, el personal de limpieza encontró una cámara oculta, disfrazada como una lapicera, en el suelo del baño compartido. En ese momento, Sofía estaba de viaje y había dejado su habitación a otra chica, Lucía.
“La dueña de la casa me escribió para hablar con la persona que estaba en mi habitación. Le pasé el contacto de Lucía, y al rato Lucía me llamó llorando, diciendo que había imágenes de ella duchándose”, cuenta Sofía.
“Me dijo que no le podíamos decir nada a los otros chicos porque todavía no sabían quién había sido. Ahí empecé a sospechar. Si Lucía, que llevaba una semana en la casa, estaba grabada, yo que viví cinco meses ahí seguro también.”
Días después, Sofía fue a declarar a la policía. Fue entonces cuando le mostraron capturas de las grabaciones en las que aparecía desnuda en el baño.
Me quería morir. La policía tuvo la delicadeza de mostrarme solo mi cabeza, para no incomodarme más. Pero fue horrible. Me sentí mal conmigo misma, vulnerable, con miedo.Sofía
Los documentos judiciales del caso revelan que la policía encontró decenas de grabaciones en alta definición de varias mujeres desnudas, usando la ducha y el inodoro, sin saber que estaban siendo filmadas. Los videos estaban organizados en carpetas con nombres. Una de ellas, titulada “Sofi”, contenía al menos nueve videos de Sofía.
El acusado fue arrestado el mismo día del hallazgo. Durante el registro, la policía incautó su computadora portátil, otras cámaras encubiertas y su pasaporte. Más tarde, se confirmó que también había colocado una cámara en la habitación de Sofía.
“Yo tenía un lapicero lleno de lapiceras. Lucía fue quien encontró otra cámara camuflada en mi habitación”, explica.

La policía encontró más de 30 grabaciones de mujeres desnudas en la ducha y el baño. Credit: Smith Collection/Gado/Gado via Getty Images
Aunque en un principio se le negó la libertad bajo fianza por considerarse un riesgo de fuga, posteriormente fue liberado tras el pago de 5.000 dólares. Actualmente está sujeto a una orden de alejamiento y debe presentarse a diario en la comisaría hasta la audiencia de sentencia, programada para el 10 de julio.
A la espera del fallo judicial, Sofía vive con angustia.
Empecé a tener pesadillas. Soñaba que me lo encontraba por la calle, o que los videos estaban en internet. La policía me dijo que estaban en la computadora, pero nunca supe si investigaron si se habían subido a la red. Viví con mucho miedo y paranoiaSofía
Después del episodio, Sofía decidió que no quiere seguir en Sídney. Está considerando regresar a Argentina o mudarse a Europa.
“Uno idealiza Australia, pero al venir con visa temporal eres muy vulnerable. Me decepcionó mucho el trato del sistema. Me enteré después de que esto es más común de lo que pensamos, sobre todo entre estudiantes o gente con visas como la mía.”
Sofía decidió contar su historia para advertir a otras mujeres.
“Hay cosas que no podés evitar, pero si lo comparto, al menos puede servir para prevenir que le pase a otra. Me parece muy importante visibilizarlo, porque hasta que no te pasa, no te das cuenta de que estas cosas existen.”

Sofía vivía en una casa compartida en Queens Park, donde fue grabada sin saberlo por su compañero de vivienda mediante cámaras ocultas en objetos como lapiceras. Credit: picture alliance/dpa/picture alliance via Getty I
Los datos muestran un aumento con respecto al año anterior, con 267 cargos resueltos en 2023.
Si tú o alguien que conoces ha sufrido una agresión sexual o está enfrentando violencia familiar y doméstica llama al 1800RESPECT, al 1800 737 732; envía un mensaje de texto al 0458 737 732 o visita 1800RESPECT.org.au. En caso de emergencia, llama al 000.
También puedes ponerte en contacto con el Servicio de Referencia para Hombres, gestionado por No a la Violencia, llamando al 1300 766 491.