La violencia de las pandillas, también conocidas como maras, golpea nuevamente a Honduras y Guatemala. Cadáveres en bolsas y sábanas volvieron a aparecer en las calles de la capital hondureña, Tegucigalpa, en un repunte de la violencia que afecta al norte de Centroamérica después de una tregua por el aislamiento para evitar los contagios de la COVID-19.
Las maras que asesinan, extorsionan y asaltan, presuntamente con cooperación de algunos policías, han aterrorizado por décadas a la población de las principales ciudades de los países del Triángulo Norte de Centroamérica formado por Guatemala, El Salvador y Honduras.
A mediados de marzo comenzó a notarse un declive de las operaciones de las bandas criminales en los tres países. Pero recientemente en Honduras, en una sola noche, se produjeron ataques sincronizados de las pandillas en diferentes puntos de Tegucigalpa, donde dejaron cinco muertos que las autoridades atribuyeron a la "guerra" entre las pandillas por controlar territorios.
El vocero de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP), Mario Fu, dijo al canal HCH que las autoridades capturaron a varios sospechosos y decomisaron uniformes militares y armas de guerra.
En lo que va del año, Honduras registra "24 homicidios múltiples (en los) que más de 80 personas han perdido la vida", precisó la directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, Migdonia Ayestas.
Según la policía hondureña, hasta mediados de agosto del año pasado se registraron más de 2,300 asesinatos, y en el mismo periodo del 2020 van más de 1900, en una población de 9 millones de habitantes.
Mientras en Guatemala, la policía confirma que las pandillas se activaron durante la última semana de julio para volver a las calles a extorsionar a medida que el país abre su economía. Además, en ese lapso se registraron diversos ataques armados atribuibles a dichos grupos criminales.
El jefe de la División Nacional contra el Desarrollo de las Pandillas, David Boteo, explicó que antes de la reapertura del país emitieron varias alertas por los riesgos que corren los comerciantes y transportistas, como ataques armados contra quienes se niegan a pagar la extorsión.
Según el Ministerio Público de Guatemala, debido al confinamiento por la pandemia, los pandilleros utilizaron las redes sociales para intimidar a sus víctimas. Así lo difundió el medio de comunicación Telediario.
Por su parte, El Salvador mantiene una reducción sustancial de los homicidios. Últimamente, el presidente Nayib Bukele y las autoridades policiales y militares llevan varios días sin anunciar homicidios. El ministro de la Defensa Nacional, René Monrroy, dijo a los periodistas que en un año, al menos 26 días no se registraron asesinatos en el país.
Con más de un año del gobierno de Nayib Bukele, las autoridades aseguran que El Salvador ya no está en la lista de países más violentos del mundo. Lo atribuyen al plan control territorial que implica policías y soldados en las calles y al control de los pandilleros en las cárceles desde donde supuestamente ordenan las acciones violentas.
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