Sinopsis
Con el corazón desbordante de alegría, los argentinos se tomaron las calles de Buenos Aires para celebrar su triunfo más sufrido y también el más deseado: su tercera Copa del Mundo conseguida este domingo de manos de Lionel Messi en con una victoria de 4-2 en penales ante Francia, tras un empate a 3-3.
Una marea humana desbordó la capital argentina, con cientos de miles de personas exultantes, envueltas en la bandera albiceleste, que colmaron las calles mucho más allá del tradicional Obelisco, en la muy amplia avenida 9 de Julio.
Al caer la tarde en la ciudad todos caminaban pues se detuvo el servicio de metro y no había autobuses transitando por las calles.
Buenos Aires y las demás ciudades argentinas y hasta los pueblitos más apartados mostraron el celeste y blanco en las camisetas con el número 10 de Messi, pero también en los adornos de las ventanas de las casas y de las vitrinas de las tiendas, en los rostros maquillados y en las uñas pintadas, e incluso en algunos pasos peatonales.
Los argentinos residentes en Australia también han pasado unas horas de infarto y en la madrugada del domingo se reunieron en pubs, bares y plazas para seguir en directo la final que aquí comenzó a las dos de la mañana.
El lugar de encuentro más grande en Melbourne fue el pub Imperial Hotel, frente al parlamento de Victoria, donde se formó una fila de cuadra y media al haber alcanzado el aforo de 600 personas.
Cuando terminó el encuentro salieron todos a festejar, con banderas, tambores, bombos, cornetas frente al parlamento, para después marchar por el centro de Melbourne hasta llegar a la estación de Federation Square donde siguieron los cantos y festejos por más de una hora.
En Sídney, cientos de argentinos se congregaron en un pub del centro, en Kent Street. Al finalizar celebraron haciendo sonar los cláxones de coches por las calles de la City.
SBS Spanish conversa con argentinos en Sídney y con una familia de Mendoza que sufrió y celebró junta esta épica final. Los hermanos Sebas Escobar y Jimena Escobar, cuentan cómo están viviendo esas horas que paralizaron a toda la nación.
Mientras, los franceses residentes en Madrid Bruno Dubourdieu y John Gazal, comparten con gran deportividad y buen humor cómo también sufrieron una final “de infarto”.
Con información adicional de AFP







